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jueves, 1 de agosto de 2024

La hipocresía y la estupidez humanas, la conformidad extrema y la pasividad son la perdición del siglo XX


 Artículo de opinión


En efecto, los seres humanos estamos cavando nuestra propia fosa (metafóricamente hablando). Estamos viviendo en una realidad opaca, con los ojos vendados por expresiones y creencias que no nos benefician en nada. Creemos que avanzamos, pero en realidad no nos damos cuenta de que estamos pisando arenas movedizas. En una era política en la que poco a poco se superan los límites, estamos cayendo en una espiral de prohibiciones y vetos antidemocráticos. Nos están engañando a conciencia, provocando que nos enfrentemos los unos a los otros, hombres y mujeres. Nos lavan el cerebro (cuidado, no defiendo los malos tratos ni para mujeres ni para hombres), estoy totalmente de acuerdo con la igualdad entre ambos sexos. Somos maleables como si fuéramos barro para modelar, ciegos de alabanzas y con un futuro incierto. Juventudes adoctrinadas desde edades muy tempranas con el objetivo de seguir con una estirpe controlada desde un cerebro en blanco como un papel listo para anotar.

Somos hipócritas, tildando de héroes sin capa a personas que desempeñan su labor o actúan por instinto de supervivencia. ¿Por qué si agradecemos algo a un ciudadano de a pie nos molestamos y si es un funcionario público, fuerza y cuerpos del Estado, aplaudimos? Todos mis respetos por su labor, pero nada más allá.

Y ahí está la hipocresía, porque cuando se desempeña una manifestación como hemos visto, cargan contra todo lo que se mueva y es ahí cuando se habla pestes de ellos, porque cuando le toca al vecino no pasa nada, pero en carnes propias duele y mucho.

Seamos conscientes de que nos estamos maltratando a nosotros mismos con maldades, críticas y faltando el respeto como ciudadanos del mismo mundo, pero quienes llevan el poder nos quieren ver así, en una lucha encarnizada, mientras somos observados desde lo más alto mientras se frotan las manos. Así que seamos humildes más allá de nuestras creencias e idealismo, porque lo que nos venden a nosotros no nos alcanza. Seamos conscientes de que con la mente cerrada es como estar ciegos .

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