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jueves, 10 de abril de 2025

LA INDEPENDENCIA JUDICIAL EN ESPAÑA

 

Julio C. Glez. Padrón

Artículo de opinión

 ¿Un desafío en peligro?

(Por Julio C. Glez. Padrón) 

En un Estado democrático y de Derecho como lo es España, la independencia judicial es un pilar fundamental; sin embargo, la percepción de que los jueces se dividen en bloques ideológicos —progresistas y conservadores— plantea interrogantes sobre la imparcialidad del sistema judicial. Más preocupante aún es la existencia de estas divisiones en el Tribunal Constitucional, donde las mayorías “políticas” pueden influir en decisiones claves.

Me han dicho algunos lectores que, mis artículos de opinión que publico, si bien es cierto que, resultan muy interesantes; no lo es menos, que son demasiado largos. ¡Vamos!... Que me enrollo como un pulpo.

Al respecto les diré, que yo escribo para “todo el mundo y clase de personas” y no todos tienen la suerte de entenderlos como ocurre con la mayoría de ustedes, salvo que no les detalle ciertos aspectos; lo que me lleva necesariamente a extenderme quizás en demasía. Pero insisto, que como quiero que me entienda hasta “un americano del norte” con lo torpes que son de comprensión, procuro exprimir al máximo los conceptos, aunque no dejo de ser consciente de que con ello me alargo un poco.

Así que, sin sentirlo en absoluto, con vuestro permiso y aun sin él, como diría Don Francisco de Quevedo, continuaré con mi estilo literario, al menos hasta que nuestro plan de estudio LOGSE, deje de hacer daño en el intelecto juvenil y nos active las funciones perdidas del anterior plan de estudios, menos “pogre”, en cuanto a la de “comprensión escrita” se refiere.

Aunque también es cierto que, la mayoría de lectores son tan listos o iguales, a los que me han hecho la observación “cariñosa” sobre el tamaño de mis artículos.  

 En este nuevo de hoy jueves y que dedico a la mal llamada “Independencia judicial”, intentaré hacer en principio y a modo de “cuerpo” del artículo, algunas consideraciones, para luego desarrollarlas y estudiarlas una a una y que puedan tener mayor comprensión “para todos” su explicación. Por ejemplo:

  1. En cuanto al principio de independencia judicial: intentaré explicar cómo la independencia judicial está consagrada en la Constitución Española y por qué es esencial para garantizar un sistema justo y equitativo.

  2. La politización de la justicia: reflexiono sobre cómo la percepción de bloques ideológicos en el poder judicial puede erosionar la confianza pública en las instituciones. ¿Es inevitable que los jueces tengan inclinaciones políticas? ¿O es un síntoma de un problema más profundo en el sistema de nombramientos?

  3. El caso del Tribunal Constitucional: analizo cómo la composición del Tribunal Constitucional refleja las tensiones políticas del país. ¿Qué implicaciones tiene que un bloque ideológico tenga mayoría sobre el otro? ¿Cómo afecta esto a la percepción de imparcialidad?

  4. Comparativa internacional: incluyo ejemplos de otros países democráticos. ¿Cómo manejan estas naciones la independencia judicial? ¿Qué lecciones podría aprender España?

  5. Propuestas para el futuro: ofrezco posibles soluciones para reforzar la independencia judicial, como reformas en el sistema de nombramientos o mayor transparencia en los procesos.

Porque si algo es lo deseable, sería destacar la importancia de preservar la tan cacareada “independencia judicial”, como garantía de una auténtica democracia y basándome en ello, te invito amigo a considerar tú papel como ciudadano en la defensa de este principio fundamental.

La independencia judicial, como aseguro, es un principio fundamental en cualquier democracia, y en el caso de España, ésta viene consagrada en el artículo 117 de nuestra Carta Magna o Constitución.

 Este principio, garantiza que los jueces y magistrados no están sometidos a presiones externas y que sus decisiones se basen “únicamente” en el Derecho y la Justicia. 

La separación de poderes, diseñada para evitar interferencias políticas, debería proteger la judicatura de influencias partidistas. Sin embargo, ¿Hasta qué punto se respeta este principio en la práctica?

 Pero por desgracia, en los últimos años, la percepción de que los Jueces pueden estar alineados ideológicamente ha generado un triste, pero real debate profundo. 

La existencia de “asociaciones judiciales” con perfiles claramente progresistas o conservadores, ha reforzado la idea de una justicia dividida en bandos; esto es claramente preocupante porque, aunque los Jueces, como humanos son ciudadanos de carne y hueso y por lo tanto  con sus propias convicciones, su función exige imparcialidad y la influencia de la política en el sistema de nombramientos es un aspecto clave que alimenta esta división, lo que podría afectar la credibilidad del sistema judicial.

Un caso que se me vienen y siempre desde el punto de vista de este humilde “maúro” de Telde, es el del Tribunal Constitucional; ese órgano encargado de garantizar el respeto a la Constitución que, con el tiempo, se ha convertido en un campo de batalla político, donde cada partido quiere influir colocando a los Magistrados que le son claramente afines.

 Su composición refleja las mayorías parlamentarias del momento, lo que hace que, sus decisiones sean percibidas como inclinadas hacia una ideología u otra. 

Esta situación genera inquietud, porque un Tribunal Constitucional, debería ser un árbitro neutral y por el contrario termina siendo visto como un instrumento de la política; lo que irremediablemente nos lleva a preguntarnos… ¿Qué implicaciones tiene esto para la ciudadanía? ¿Se compromete la imparcialidad de sus resoluciones?

Claro que España no es el único país donde la independencia judicial se enfrenta a desafíos. En Estados Unidos por poner un ejemplo el Tribunal Supremo ha sido objeto de controversia por la fuerte politización de sus nombramientos. El actual, fue nombrado por el propio Donal Trump, en su primer mandato y lo llenó, sin cortarse un pelo de jueces conservadores de ultra derecha.

 En países como Alemania, el proceso de selección de jueces constitucionales busca un mayor consenso, evitando que una tendencia ideológica tenga control absoluto. 

Analizar cómo otros países gestionan este equilibrio puede ser útil para proponer mejoras en el sistema español.

Por ello soy de los que piensan que, para fortalecer la independencia judicial, es necesario plantear soluciones, donde algunas posibles reformas podrían incluir:

1.-Cambiar el proceso de nombramiento de jueces y magistrados, buscando mayor consenso parlamentario para evitar bloques ideológicos.

2.-Establecer criterios más transparentes y meritocráticos en la selección de jueces, reduciendo la influencia política.

3.- Fomentar la educación cívica sobre el papel del poder judicial, para que la ciudadanía pueda comprender mejor la importancia de su imparcialidad.

 Como conclusión final podemos decir que, la justicia debe ser percibida como un pilar sólido e imparcial de la democracia. Si la sociedad comienza a ver los Tribunales como una extensión de la lucha partidista, la confianza en el sistema se debilita o simplemente se va “al puto carajo”; por eso digo que, es fundamental impulsar reformas que garanticen la independencia judicial y que aseguren que el principio de Justicia, prevalezca sobre intereses políticos y tener claro que la defensa de una judicatura imparcial, no solo corresponde a los jueces, sino a toda la ciudadanía.

Un caso que ilustra la preocupación sobre la interpretación de las Leyes según inclinaciones políticas, es el debate en torno a la aplicación de la vergonzosa Ley de Amnistía en España. No quiero extenderme, pero todo el mundo sabe, que fue “una de las tantas bajadas de pantalones” de Pedro Sánchez ante los independentistas catalanes, a cambio de con sus votos mantenerlo a él en la Moncloa.

Esta ley ha generado controversia porque algunos Jueces han interpretado su alcance de manera diferente, dependiendo de su visión sobre el impacto político de la medida. Mientras otros magistrados han defendido su aplicación estricta, otros han argumentado que podría vulnerar principios constitucionales, lo que ha llevado a decisiones judiciales dispares.

Otro ejemplo es la jurisprudencia en casos de “corrupción política” como los ERES de Andalucía, donde la interpretación de ciertos delitos y la severidad de las penas han variado según el Tribunal que los juzgaba. 

En algunos casos, se ha señalado a jueces con tendencias conservadoras porque han sido más estrictos en la aplicación de sanciones, mientras que aquellos con una visión progresista, han optado por interpretaciones más garantistas.

Estos casos reflejan cómo la percepción de bloques ideológicos dentro del poder judicial puede influir en la confianza pública en la imparcialidad de la justicia.

Y para aquellos lectores que necesitan que les explique un poco más de que va exactamente “la película”, les contaré cuales son esos otros casos de interpretación judicial controversial; pues existen varios en España, donde la interpretación judicial ha generado controversia y debate público.

Aquí les menciono algunos ejemplos relevantes: 

1.-La aplicación de la Ley de Amnistía: la aplicación de esta Ley, ha sido objeto de debate, especialmente en casos relacionados con delitos políticos. Algunos jueces han considerado que, su aplicación, es necesaria para la reconciliación mientras que otros han argumentado que podría vulnerar principios constitucionales.

2.-Sentencias sobre la Ley de Violencia de Género En algunos casos, los tribunales han interpretado de manera diferente la aplicación de esta ley, especialmente en lo que respecta a la presunción de inocencia y la proporcionalidad de las penas. Esto ha generado debates sobre si la ley se aplica de manera equitativa o si existen sesgos en su interpretación.

3.-Casos de corrupción política La interpretación de delitos como el cohecho o la malversación de fondos públicos ha variado según el Tribunal que los juzga. En algunos casos, se han impuesto penas más severas, mientras que en otros se han aplicado criterios más flexibles, lo que ha generado críticas sobre la imparcialidad del sistema judicial.


Bueno, hasta aquí y en honor a los que me han dicho que me extiendo demasiado en mis artículos y soy un “plasta”, aquí dejo éste ya, convencido que me habré sabido explicar bien, teniendo en cuenta, que no soy un jurista profesional, sino un humilde marino mercante de “Terde”; eso sí, con mucho mundo visto por la proa y demasiado salitre en mis ojos; por no contarte donde tengo incrustadas hasta “clacas” (Ver mi libro sobre el Lexicó Canario) 

Así que, como diría un maúro de mi pueblo, ¡Déjelo estar ya cristiano!... Y no se me meta más con eso que, mejor nos vemos en la “prima”

¡Qué cosas!


Fdo:

Julio César González Padrón

Marino Mercante y escritor

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ARTÍCULO DE OPINIÓN



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