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Julio C. González Padrón |
Artículo de opinión
(Por Julio C. González Padrón)
¿Realmente son necesarias las desaladoras en todas las islas Canarias?
No digo ni invento nada nuevo si aseguro que, la gestión del agua en Canarias, de siempre ha sido un tema crucial debido a su clima y características geográficas.
A menudo, se argumenta que la escasez de precipitaciones hace imprescindible el uso de desaladoras para garantizar el abastecimiento, pero…. ¿Es realmente necesario en todas las islas?
Según datos del Instituto Hidrográfico de Canarias, en algunas de las islas occidentales, la infiltración de agua de lluvia supera con creces la demanda anual. Tenerife, por ejemplo, recibe 360 hectómetros cúbicos de agua de lluvia al año, mientras que su necesidad es de solo 160. En La Palma, La Gomera y El Hierro, la disponibilidad de agua excede en cuatro veces el consumo requerido.
A pesar de estos datos, que como digo, fueron obtenidos desde el Instituto Hidrográfico de Canarias, se siguen instalando desaladoras en lugares donde el suministro natural parece suficiente si se empeñamos en medir a todas a las Islas Canarias por el mismo racero. Como cuando se empeñan en llamar y generalizar el nombre de “guanches” para referirse a todos los primitivos aborígenes de Canarias, cuando éstos llamados “Guanches”, lo eran solo los de la Isla de Tenerife y cada una de las otras seis islas restantes, estaban habitadas por otros pueblos, también de origen bereber, pero no precisamente “guanches”.
Esto plantea interrogantes sobre la eficiencia de estas inversiones y sobre todo despiertas sospechas sobre los intereses ocultos que puedan estar detrás de ellas.
Desde una perspectiva económica, la desalación es un proceso costoso que requiere grandes cantidades de energía y mantenimiento, lo que repercute en el bolsillo del contribuyente canario. Además, su impacto ambiental, especialmente en el ecosistema marino, es motivo de preocupación.
Con estas evidencias sobre la mesa, la cuestión central de este análisis es si la apuesta por las desaladoras responde a una necesidad real o si, por el contrario, está impulsada por intereses económicos y políticos ajenos al bienestar general de la población.
A lo largo del Archipiélago Canario, la distribución del agua varía considerablemente según la orografía y el régimen de precipitaciones de cada isla por separado.
Las islas occidentales, como La Palma, La Gomera, El Hierro y Tenerife, tienen una gran capacidad de captación de agua, lo que les permite cubrir sus necesidades sin recurrir a la desalación como es el caso de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, donde la escasez de recursos hídricos hace que las desaladoras sean una solución necesaria para el abastecimiento.
A pesar de estos datos, la inversión en infraestructuras hídricas no siempre se realiza en función de la demanda real; lo que genera un posible desperdicio de recursos públicos en zonas donde el agua es naturalmente accesible.
Por otra parte, hay que poner en valor el Impacto del agua en la economía canaria, pues es ésta es un recurso clave para sectores fundamentales en Canarias, como la agricultura, el turismo y la industria y por lo tanto, la mala gestión del agua puede encarecer los costes en producción agrícola, afectando directamente la competitividad de los productos locales en el mercado; del mismo modo que, en el sector turístico, pues el alto precio del suministro de agua puede repercutir en los servicios ofrecidos, impactando en la economía general de las islas.
Además, la desalación tiene un alto coste energético, lo que implica que los consumidores terminan asumiendo una parte de los gastos derivados de su uso y llegado a este punto, nos tendríamos que preguntar…. ¿Sería más eficiente invertir en mejorar la gestión de acuíferos y la captación de agua de lluvia, en lugar de depender de plantas desaladoras?
Este es el debate que necesita abrirse para garantizar un uso más racional y sostenible del agua en Canarias.
Y para ello comencemos por ver el verdadero consumo de agua en Canarias
Según el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), el ciclo integral del agua en Canarias abarca la captación, el abastecimiento y el saneamiento, se han recopilado datos bienales desde 1996 hasta 2022, incluyendo:
Volumen de agua captada y distribuida en cada isla.
Consumo medio por habitante y día.
Porcentaje de agua reutilizada y su destino.
Si es que te interesa conocer más detalle, te sugiero consultar directamente en el Gobierno de Canarias, porque si te extiendo aquí el “rollo” no acabo el artículo.
Analicemos ahora los Costos económicos de la desalación, pues la misma es una tecnología clave en Canarias, especialmente en las islas orientales y te cito como ejemplo algunos datos relevantes:
1.- Canarias consume más de 200 hectómetros cúbicos de agua desalada al año, con una capacidad instalada de 219 hm³.
2.- El Coste energético: Representa entre 10 y 15 % de la energía primaria de la red insular.
3.- El Coste de explotación, o gasto energético de las plantas desaladoras supone entre 20 y 25 % del coste total de operación.
El Precio del agua desalada y gracias a los avances tecnológicos, ha disminuido significativamente; Así actualmente, el precio por litro de agua desalada es de 0,001 euros, lo que la hace entre 500 y 1.000 veces más barata que el agua embotellada.
No quiero saltarme, algo que solo perece preocuparse de ello, los ecologistas “progres zurdos” y créanme que no es así; pues, aunque en todas las familias siempre hay algún “progre ecologista”, cuando tienen razón, no se nos puede caer los anillos y reconocer su aportación a la sociedad, aunque no les guste a esos rubios pro “Trumpista” que les importa “un carajo” la salud del planeta, con tal de sacar dinero y que es “Impacto ambiental” que produce el proceso de la desalación, como pudiera ser:
Vertido de salmueras: Uno de los principales efectos negativos de la desalación es la liberación de salmuera al mar. Este residuo tiene una concentración de sal mucho mayor que el agua marina, lo que puede afectar a los ecosistemas costeros y a especies sensibles. Además, contiene productos químicos utilizados en el proceso de purificación, como biocidas y antiincrustantes, que pueden alterar la calidad del agua y afectar la biodiversidad marina1.
Alteración de los ecosistemas marinos: La descarga de salmuera puede provocar cambios en la composición del agua, afectando a organismos marinos como algas, peces y moluscos. En algunos casos, se ha observado que especies como la Posidonia oceánica, una planta clave para el equilibrio ecológico, son especialmente sensibles a los aumentos de salinidad.
Huella energética: La desalación es un proceso que requiere una gran cantidad de energía, lo que contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero. En Canarias, la desalación representa entre 10 y 15 % del consumo energético de la red insular. Esto significa que, si no se utilizan fuentes renovables, la producción de agua desalada puede aumentar la dependencia de combustibles fósiles y la huella de carbono.
Aunque todo hay que decirlo; para reducir ese “impacto”, se están desarrollando tecnologías que minimizan estos efectos al máximo, como la valorización de la salmuera, que busca reutilizar los residuos en procesos industriales. También se están explorando métodos de vertido más controlados para evitar daños en los ecosistemas marinos.
Pero veamos y aprendamos del desarrollo alcanzado en la eficiencia de agua en una región árida similar a Canarias como es Tacna, en Perú.
Tacna, es una zona con escasez de agua debido a su clima árido, pero ha desarrollado estrategias innovadoras para optimizar el recurso hídrico.
Algunas de las medidas implementadas incluyen:
Uso racional del agua: se han diseñado programas para mejorar la gestión del recurso, evitando desperdicios y promoviendo la reutilización.
Captación de agua subterránea: se han optimizado los sistemas de extracción de acuíferos para garantizar un suministro sostenible.
Tecnologías de riego eficiente: se han implementado técnicas como el riego localizado (goteo o aspersión), que permite reducir el consumo de agua en la agricultura.
Y en cuanto al uso de tecnologías tradicionales: se han recuperado métodos ancestrales de conservación del agua y del suelo para combatir la desertificación.
Estos enfoques han permitido a Tacna mejorar su disponibilidad de agua sin depender exclusivamente de la desalación.
¡Así cristiano que, amárreme los machos, que tengo las cabras sueltas!... Y no hay que pensárselo más, para exigirles a nuestros políticos que se dejen de “machangadas” jugando al más “listillos” qué, aquí en Canarias el más tonto de todos hace una” O” con un canuto de caña y ya no nos tragamos eso de que se estén gastando las perras de nuestros impuestos de forma tan alegre y en ocasiones tan irresponsables, construyendo desaladoras a toda leche y en cualquier isla que no las necesita, por mucha “mordía”, que obtengan ustedes desde que, se proyecta una , hasta su puesta efectiva en funcionamiento. ¡Que óigame usted carajo!, Que le digo yo, que no ¡Coño!... Y no me haga calentar más, qué la electricidad necesaria para producir un solo litro de agua es muy cara y la pagamos todos con nuestros impuestos, y eso se lo dice un “mauro” de Telde como yo, con mucho salitre en los ojos y “clacas” (ver Léxico canario) incrustadas ya en el cuerpo de tanto navegar por esos mares de Dios; pues, en mi familia de siempre, hemos regado con dos “dulas” y nos sobraba agua, para dejar llena “la patera”
En otras palabras y sin abandonar la costumbre del hombre canario, de hablar claro y con “la libertad de los condenados”, quiero que sepan que: ya estamos hartos de ver a políticos, como a la primera de cambio te “la meten de lado” y te monta un chiringuito tipo KOLDO/ÁBALO... ¡Qué no amigo! Que esto ya se terminó y para “listos y creídos”, con uno como el “rubio pistolero de aldea del oeste americano” como el Donal Trump, queriendo dirigir el mundo a su antojo y conveniencia, ya tenemos suficiente.
¡Qué cosas!
Fdo.
Julio César González Padrón
Marino Mercante y Escritor
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