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lunes, 12 de junio de 2017

NIÑAS PROSTITUIDAS.


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Articulo de Maria Sanchez 
Desgraciadamente y, desde que el mundo comenzó a andar, los derechos de la mujer han sido mancillados, ignorados, ultrajados, vulnerados. La mujer siempre ha sido considerada un ser inferior al hombre, un ser al que éste puede mancillar y tratar como si fuera un pelele o un objeto sin alma ni sentimientos.
Podríamos pensar que, con el paso de los años, se ha llegado a una igualdad total. Sin embargo, nada más lejos de la realidad pues las noticias de cada día demuestran lo contrario. Cada vez son más las mujeres que mueren a manos de sus esposos o compañeros, cada vez más se usa el cuerpo de una mujer en cualquier anuncio o, lo que es peor, vemos con mayor frecuencia como en las redes sociales se exhiben para la prostitución, sin que sea nada extraño que detrás se encuentre una red que establece y rige lo que para ellos es un negocio lucrativo.
De todos es sabido los viajes organizados hacia países carentes de economía y hacia donde se dirige más de un desaprensivo, a sabiendas de que encontrará mujeres dispuestas a todo por ganar dinero que les ayuden a subsistir. Siempre son más valoradas las jóvenes y, sobre todo, si son vírgenes.
Esto ha llegado a convertirse en el más horrible de los negocios en la ciudad colombiana de Medellín. Los capos del sexo, como son llamados, buscan niñas de diez años para ser prostituidas.
Cuando estos malnacidos han puesto sus ojos en una niña para ser subastada, ningún hombre del barrio la puede tocar, ni mirar y, mucho menos tomar su virginidad. Las familias son financiadas por las bandas, pero, si los padres se niegan a esa venta son obligados a salir de sus casas o exponerse a recibir un disparo que acaba con su vida.
Es el hambre y las necesidades más básicas, las que obligan a las madres a ser ellas mismas las que llevan a sus niñas a manos de estos mafiosos.

Por muy raro y doloroso que nos parezca, esto está ocurriendo ahora mismo, en pleno siglo XXI

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