Todos sabemos que la paloma es el ave que simboliza la paz. Es idílico ver su imagen con
la rama de olivo pero, ya no lo es tanto cuando no es una sino un gran bando de ellas que
acampan a sus anchas por la ciudad dejando tras de sí gran cantidad de excrementos que se
adhieren a las aceras con las consecuencias que esto acarrea tales como; afluencia de
moscas, mal olor y el deterioro en el color de las aceras que van quedando blancas.
Desconozco si el ayuntamiento cuenta con un control de plagas, si así fuera no estaría de
más que tomaran cartas en el asunto para, al menos, intentar poner un poco de freno y que
no vayan a más. Siempre es mejor prevenir que lamentarnos de no haber hecho nada antes.
Es muy bonito ver la tierna imagen de la señora o señor mayor echándole migas de pan a
estas aves ignorando las consecuencias que esto trae consigo.
Siempre han formado parte del entorno de parques y jardines, siendo una gran diversión
para los pequeños que corren tras ellas con la infantil ilusión de tomarlas entre sus
pequeñas manos al verlas tan cerca.
Sin embargo cuando las cosas comienzan a irse de las manos se debe tomar cartas en el
asunto para buscar una solución y no llegar a que el problema sea mayor.
María Sánchez.
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