PADRE BAEZ
Para trabajar en el campo, ciertamente hay que
amarlo, y esta seducido por él. Sin embargo, se están acercando algunos, que
nunca han trabajado en el campo, ni saben lo que es el campo. Puede ser un
sueño de alguien o de algunos, pero si no se ha heredado, y vivido de pequeño,
no hay forma de que prenda. El campo, hay que conocerlo. Es posible, que los
advenedizos, trabajen de forma similar, pero con resultados bien diferentes. La
cultura del campo, no se adquiere con clases, y menos con libros. Los hay que
saben mucho del campo, peor experimentalmente están muy lejos de él y solo con
teorías, que de poco o nada sirven. ¡Cuánta sabiduría se está enterrando, con
la muerte de los últimos campesinos! No se puede entender el campo, sino de la
mano –es un decir- del campesino. Ellos (los campesinos), tienen una visión
global de la agricultura y de la ganadería, sin que se les esconda ningún
secreto.
El horario del campesino va de sol a sol, y muchas veces de madrugada.
Es apasionante, envolvente, absorbente, totalizador. El campesino-campesino, es
un obseso ya sea cultivador o pastor. El referente de todo campesino, es su
padre, y un poco más atrás su abuelo, sus maestros. El campesino, es un
arriesgador nato. Su vida no es cómoda, pero vive fascinado por él. A veces
–muchas-, pierde. Esto debe cambiar urgentemente o llegamos ya fuera de tiempo
o muy tarde. No se ve ningún proyecto de devolver al campo su actividad de
siempre. El campo es, el único lugar de donde obtener riqueza. No hay –hoy por
hoy- otro lugar de donde se pueda tener trabajo. A diario se busca trabajo, y
el campo lo tienen de sobra, pero está parado, prohibido, vetado, castigado y
multado si lo haces. O trabajamos en el campo, o nos marchamos, salimos y nos
vamos fuera. Crear trabajo en el campo, no exige ningún presupuesto, sino
derogar las leyes del miedoambiente, y que desaparezca el cabildo que es quien
lo tiene encadenado. El trabajo del y en el campo, nunca jamás dará paro,
porque no se acaba o termina nunca, y siempre va a más y más. El campo, es la
única ayuda que espera el parado, aunque no le sobre mucho dinero, tendrá el
indispensable para vivir con dignidad, sin mendicidad y sobraría de inmediato
Cáritas asistencial. No volveremos a una economía normal, mientras no se reabra
y abra el campo. El campo, de inmediato a quien lo cuide y trabaje en él, de
inmediato le pone el pan debajo del brazo. Con el campo en acción,
desaparecería la inseguridad. Se gana para comer (y ahorrar). El único sueño y
realidad posible es la posibilidad de trabajar en el campo, ya sea en
agricultura, como en la ganadería. Son muchos los que lo están pasando muy mal,
y es muy dura y férrea la barrera que imposibilita el acceso al campo, por
parte del cabildo, que mantiene esta situación, que raya el asesinato de
continuo. Hay que hacer propuestas de abrir y volver al campo, sin obstáculo
alguno. El campo, es un mundo empresarial por devolver a los campesinos y a los
que quieran hacerse campesino. Y no hace falta estudio alguno, para ir al
campo, porque en el campo se aprende trabajando en el mismo, sin más. Se hace
uno campesino, trabajando en el campo. Más de la mitad de la identidad del
grantabaibero, depende del campo; sin el campo, nos despersonalizamos, quedamos
sin raíz. Pena y dolor, que el campo sea visto solo ya, como lugar para
organizar carreras. El desafío es volver al campo; se debe hacer con la mayor
rapidez posible o esto empeora. Hay que volver al campo, sin más, y ya mismo.
Sin el campo,
la Historia
del Gran Tabaiba, queda coja, y se puede dejar de escribir. La naturaleza, nos
da trabajo; pero, nos lo quita los políticos.
El Padre Báez.
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