jueves, 26 de septiembre de 2013

Para trabajar en el campo:

PADRE BAEZ

Para trabajar en el campo, ciertamente hay que amarlo, y esta seducido por él. Sin embargo, se están acercando algunos, que nunca han trabajado en el campo, ni saben lo que es el campo. Puede ser un sueño de alguien o de algunos, pero si no se ha heredado, y vivido de pequeño, no hay forma de que prenda. El campo, hay que conocerlo. Es posible, que los advenedizos, trabajen de forma similar, pero con resultados bien diferentes. La cultura del campo, no se adquiere con clases, y menos con libros. Los hay que saben mucho del campo, peor experimentalmente están muy lejos de él y solo con teorías, que de poco o nada sirven. ¡Cuánta sabiduría se está enterrando, con la muerte de los últimos campesinos! No se puede entender el campo, sino de la mano –es un decir- del campesino. Ellos (los campesinos), tienen una visión global de la agricultura y de la ganadería, sin que se les esconda ningún secreto. 
El horario del campesino va de sol a sol, y muchas veces de madrugada. Es apasionante, envolvente, absorbente, totalizador. El campesino-campesino, es un obseso ya sea cultivador o pastor. El referente de todo campesino, es su padre, y un poco más atrás su abuelo, sus maestros. El campesino, es un arriesgador nato. Su vida no es cómoda, pero vive fascinado por él. A veces –muchas-, pierde. Esto debe cambiar urgentemente o llegamos ya fuera de tiempo o muy tarde. No se ve ningún proyecto de devolver al campo su actividad de siempre. El campo es, el único lugar de donde obtener riqueza. No hay –hoy por hoy- otro lugar de donde se pueda tener trabajo. A diario se busca trabajo, y el campo lo tienen de sobra, pero está parado, prohibido, vetado, castigado y multado si lo haces. O trabajamos en el campo, o nos marchamos, salimos y nos vamos fuera. Crear trabajo en el campo, no exige ningún presupuesto, sino derogar las leyes del miedoambiente, y que desaparezca el cabildo que es quien lo tiene encadenado. El trabajo del y en el campo, nunca jamás dará paro, porque no se acaba o termina nunca, y siempre va a más y más. El campo, es la única ayuda que espera el parado, aunque no le sobre mucho dinero, tendrá el indispensable para vivir con dignidad, sin mendicidad y sobraría de inmediato Cáritas asistencial. No volveremos a una economía normal, mientras no se reabra y abra el campo. El campo, de inmediato a quien lo cuide y trabaje en él, de inmediato le pone el pan debajo del brazo. Con el campo en acción, desaparecería la inseguridad. Se gana para comer (y ahorrar). El único sueño y realidad posible es la posibilidad de trabajar en el campo, ya sea en agricultura, como en la ganadería. Son muchos los que lo están pasando muy mal, y es muy dura y férrea la barrera que imposibilita el acceso al campo, por parte del cabildo, que mantiene esta situación, que raya el asesinato de continuo. Hay que hacer propuestas de abrir y volver al campo, sin obstáculo alguno. El campo, es un mundo empresarial por devolver a los campesinos y a los que quieran hacerse campesino. Y no hace falta estudio alguno, para ir al campo, porque en el campo se aprende trabajando en el mismo, sin más. Se hace uno campesino, trabajando en el campo. Más de la mitad de la identidad del grantabaibero, depende del campo; sin el campo, nos despersonalizamos, quedamos sin raíz. Pena y dolor, que el campo sea visto solo ya, como lugar para organizar carreras. El desafío es volver al campo; se debe hacer con la mayor rapidez posible o esto empeora. Hay que volver al campo, sin más, y ya mismo. Sin el campo, la Historia del Gran Tabaiba, queda coja, y se puede dejar de escribir. La naturaleza, nos da trabajo; pero, nos lo quita los políticos.


El Padre Báez.

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