Cuando necesitamos trasladarnos a cualquier y no disponemos de coche propio, nos vemos obligados a hacer uso de un taxi que nos traslade al lugar elegido. Lo primero es llamar para que una unidad nos recoja en nuestro punto de partida y llegar, cuanto antes donde deseamos.
Una vez que damos la dirección de recogida nos informan el número del taxi que pasará a por nosotros. Hasta aquí todo muy bien pero, las cosas se tuercen cuando el tiempo va transcurriendo y nuestro coche no aparece.
Nuestros nervios van aumentando a medida que vemos como pasan las horas y no aparece por ningún lado el tan deseado transporte que tanto necesitamos.
Sin ir muy lejos les relato lo que viví el pasado viernes, ese día tenía que estar en un determinado lugar a las seis de la tarde, puesto que el trayecto a recorrer no era largo, decidí llamar a las 5/45, la señorita que me atendió me comunica muy amable que mi taxi estaba camino de mi domicilio.
Pasaron quince minutos sin que llegara, por lo que decidí llamar de nuevo y, con la misma amabilidad me indican que mi petición ha sido confirmada.
Las horas pasan y no aparecía coche alguno.
Visto que el tiempo trascurría sin que nadie me recogiera y con los nervios a flor de piel decidí llamar a un familiar que me recogió a las 18/30 y, el taxi no apareció nunca.
Cuando esto ocurre suelo comentárselo al chófer y siempre me contesta que la centralita no les pasa el recado, si le preguntas a los de la centralita ni te contestan. Ante una situación como esta me pregunto.
¿En quien está el problema, en la que pare o en la partera?
María Sánchez.
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