En la ciudad de Telde, existía un bar de amigos y conocidos,
el bar de Pepe el de Cervantes, lo conocíamos así porque estaba en la calle
Cervantes, cuando llegábamos a alta horas de la noche teníamos que tocar en la
puerta con una moneda , esta era la señal de que eras cliente del bar, Pepe
ofrecía desde queso del castillo, chochos, chorizo , vueltas, lengua de vaca ,
etc….
Pepe traslado el bar a su casa, donde tenía unas
habitaciones que habilito para su negocio, siempre con el mismo producto, los
camareros de varios negocios de Telde, parábamos por este lugar, una noche
invitamos a nuestro compañero Pepe D. a comer una vueltas de ternera, cuando
llegamos le pedimos a Pepe el de Cervantes, varios platos donde entre ellos
había lengua de vaca , le picamos el ojo a pepe Cervantes y nos puso un plato
de lengua de vaca , Pepe D. pensaba que era vueltas de ternera, le preguntamos
¿Pepe D. como esta las vueltas? el respondía muy buenas y tierna la carne, pon
otro plato de esta carne, al rato le dijimos que lo que se había comido era
lengua de vaca , se quedó callado un rato, y después reacciono, pues estaban
buenísimas, nunca la hubiera probado, Pepe D. fue cliente desde ese mismo día.
NO SE LE PUEDE DECIR A NINGUNA COMIDA NO ME GUSTA, SI ANTES NO SE PRUEBA
DICHO GENERO.
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