Cuando embarcas en un vuelo, rumbo al destino de tus sueños, parece que estás viajando en una cápsula blanca e impoluta, libre de los insectos y los gérmenes que nos amenazan a ras de suelo. Sin embargo,nada más lejos de la verdad.
Ranking de la suciedad en cualquier aerolínea
A pesar de que el aire que respiramos en un avión suele ser muy limpio, allí donde nos hemos sentado lo han hecho antes otras miles de personas, que también lo tocan todo sin cesar, trayendo consigo millones de gérmenes de sus respectivos domicilios (y lavabos).
Para comprobar cuán cierto es esto, un microbiólogo ha visitado cinco aeropuertos y cuatro vuelos comerciales de Estados Unidos para recoger datos concretos, y ha publicado sus conclusiones en la web Travelmath.
El valor que indica el grado de contaminación microbiológica de un ambiente se estima en UFC (Unidades Formadoras de Colonias), que expresan el número relativo de microorganismos de un tipo por, en este caso, pulgada.
Ya os advertimos que en ese sentido, el mayor grado de UFC se encontró, sin ninguna duda, en nuestra bandeja del asiento, es decir, allí donde comemos. Aquí se hallaron 2.155 UFC (para que os hagáis una idea, el asiento de un retrete de nuestra casa ronda los 172 UFC).
En otras palabras, intentad no poner comida (ni los cubiertos) directamente en la superficie de la bandeja, y si la tocáis con los dedos, tampoco os los llevéis luego a los ojos, la boca o cualquier otra mucosa. Unas recomendaciones que también deberéis tomar, en mayor o menor medida, si tocáis las siguientes cosas:
http://www.diariodelviajero.com/cajon-de-sastre/cuidado-con-lo-que-tocas-en-el-avion-esto-es-lo-mas-sucio-que-hay
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