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lunes, 9 de septiembre de 2013

El Estudio de Impacto de Repsol advierte de la desaparición de los sebadales

Las praderas de fanerógamas marinas o sebadales constituyen en Canarias la piedra angular de la biodiversidad marina. Albergan un elevado número de especies de algas, invertebrados marinos y peces, y son un indicador biológico de la calidad del agua y de los sedimentos.
Su presencia en una zona y su estado óptimo de conservación señalan el estado ambiental del área en que habitan. En Canarias, hay datados sebadales de «Cymodocea nodosa», «Nanozostera noltii» y «Halophila decipiens».
El «desarrollo experimentado» en Canarias durante los últimos años ha sometido al litoral de algunas islas a «una gran presión medioambiental», y aunque el Gobierno de Canarias y los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura hayan enarbolado la bandera de la defensa medioambiental a ultranza como una herramienta más para oponerse a las prospecciones petrolíferas cerca de Canarias, el panorama que describe el documentado Estudio de Impacto Ambiental (EIA), encargado por la compañía Repsol a la consultora Alenta Medioambiente, acerca del presente y futuro del ecosistema marino no deja lugar a dudas.
«La construcción de puertos comerciales e industriales, puertos deportivos, diques de abrigo, playas artificiales, emisarios submarinos, así como los vertidos de aguas residuales y de salmueras procedentes de plantas desalinizadoras, de residuos e, incluso, de determinadas modalidades de pesca y de cultivos marinos han provocado el deterioro de algunas praderas y la desaparición de otras», sintetiza.
El estudio dedica uno de sus anexos a analizar la situación y estado de los sebadales que moran en el litoral canario. Define su localización yadvierte acerca de las amenazas que se ciernen sobre ellos con los proyectos planificados ya por las administraciones canarias.
En Lanzarote, la construcción del puerto deportivo Marina del Rubicón se ha llevado a cabo sobre una pradera «bien desarrollada». Las plantas que «queden al abrigo del muelle desaparecerán», prevé el informe, como también las que «queden enterradas bajo el todo-uno de cantera».
Los puertos de Arinaga y Granadilla, a su vez, también representan «una amenaza» para superficies importantes de praderas que tienen «gran interés ecológico». «A pesar de la pésima situación actual de varios sebadales, quizá lo peor esté aún por llegar.
Al parecer, se plantea la construcción de numerosos puertos deportivos, algunos de ellos asociados a urbanizaciones de lujo, como en Bahía Feliz, Meloneras, Tauro, Taurito y Veneguera, en Gran Canaria»,enumera la página 4.
Además, existe «una gran demanda» para obtener permisos para instalar jaulas marinas y, considerando que los sebadales resultan «ideales» para esta actividad, «es posible que en el futuro este tipo de ecosistema marino en Canarias sufra una regresión importante, en unos casos; y su total desaparición, en otros», zanja.

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