Por: Julio César González Padrón
Muchos son los que nos hemos preguntado el porqué de la veneración a ese obispo del Asia Menor.
Normalmente, cuando nos referimos a San Gregorio, nuestras mentes vuelan en post de otro San Gregorio, en este caso Papa que, por su ingente labor al frente de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, ya en vida lo apodaron El Magno.
A este último, entre otras muchas cosas, se le atribuye la consolidación del nuevo calendario conocido por todos como Calendario Gregoriano.
Pero volvamos a nuestro doméstico San Gregorio Taumaturgo y hagámonos la siguiente pregunta: ¿Quién trajo la primera imagen de dicho Santo Varón? y ¿Por qué levantó ermita bajo su santificada custodia?
Tan pronto se termina la conquista de la Isla de Gran Canaria y se celebra el acto público de su incorporación a la nación más poderosa del orbe cristiano que, era Castilla; hecho éste ocurrido el 29 de abril de 1483, día de San Pedro Mártir de Verona, los conquistadores convertidos en colonizadores-pobladores, piden a la Corona normas precisas para que, por parte de las nuevas autoridades insulares, se entreguen datas de aguas y tierras, sustento de la economía insular.
Aquí en Telde y concretamente en los llamados Llanos de Jaraquemada, se establecieron los límites de los extensos campos de cultivo de la familia Palenzuela o Palencia.
Estos eran oriundos de las tierras altas de Burgos, y habían aportado durante los cinco años de la guerra de conquista: fortuna, hombres y armas; de tal forma que, no ha de extrañarnos las bondades de La Corona para con ellos.
Al parecer en uno de los márgenes de aquellas fincas, dedicadas por entero a la caña de azúcar, se establecieron casas de esclavos (berberiscos y negros), otras para gente libre que trabajaban a jornal o sueldo, y a un tiro de piedra, el trapiche o ingenio azucarero con descampado o plaza para el primer almacenaje de la caña de azúcar, tras la zafra de la misma; también almacenes de todo tipo, así como cuadras (alpendres) e ingenio, no faltándole las acequias que conducían el agua y algún que otro estanque.
A cierta distancia, la casa de los señores Palenzuela y junto a ella un Oratorio o Ermita de reducidas dimensiones.
En su interior existían al menos dos imágenes; una representaba a Nuestra Señora del Buen Suceso, por entonces protectora de las gentes de La Mar (tal patronazgo lo perdió con posterioridad a favor de otra advocación Mariana de Nuestra Señora del Carmen) y otra talla de pequeño tamaño, que representaba a San Gregorio El Milagrero o Hacedor de Milagros. Es lo que en un idioma más culto llamamos “Taumaturgo”.
La verdad de que, aunque lo he investigado hasta la saciedad, No había encontrado contestación aún a la pregunta y la respuesta resultó tan fácil como, el saber el origen exacto de la familia antes aludida.
Estos eran naturales de pequeño y perdido pueblo burgalés, hoy casi deshabitado.
Se veneró durante siglos a nuestro Santo local a San Gregorio, y de ahí deduje que los Palenzuela, decidieran poner a su iglesia recién construida en sus tierras de Telde, bajo su advocación a nuestro San Gregorio Taumaturgo.
Pues no ha de extrañarnos, lo que parece bastante lógico el que los Palenzuela, recordando a quien había sido su Santo Patrón, lo entronicen en el nuevo Telde castellano.
Que sepamos, han existido hasta tres imágenes de ese Santo; a saber, a primera, presumiblemente era de piedra o alabastro y no superaría los 50-60 cm. de altura.
De ella queda constancia gracias a la tradición oral (con todo lo que tiene ésta de subjetiva).
De la segunda imagen, no hay problema a la hora de identificarla, porque se mantuvo presente en el Altar Mayor hasta los primeros años del siglo XIX, cuando fue sustituida por la actual; traída ésta a Telde desde los talleres de don José Luján Pérez, que tenía en la calle Santa Bárbara en Vegueta.
Hecho el cual ocurrido en 1805 y que los Cronistas de la época reseñan como “apoteósico”, ya que ese día los teldense lanzaron fuegos de artificio y bailaron los mojigangos; así como, los papahuevos. (Para los foráneos, Gigantes y Cabezudos).
Pero ¿Qué pasó con la segunda imagen, la que aparentemente se sustrajo del culto en la fecha antes señalada?... Pues, de nuevo se impuso la cordura, y gracias al paroxismo de nuestra clase sacerdotal y, sobre todo, a lo que hoy podíamos llamar reciclaje de ocasión.
Teníamos una talla de madera sobrepintada con un tamaño aproximado de un metro.
Ésta se encontraba algo deteriorada, ya que había tenido una vida que superaba el siglo.
Al llevársela a la Sacristía y mientras el pueblo entero y la feligresía en particular, admiraba la extraordinaria imagen “lujanesca”, el párroco de entonces la pone en manos de un escultor o tallista…y ¿Para qué? Se preguntarán ustedes.
En líneas generales la debía restaurar, y con destreza corregir el tamaño de la Mitra Episcopal; pues la que tenía era algo pequeña; pero lo cierto es que, sin quitar ésta, se coloca sobre ella otra mayor, se trabajan los ropajes con pinturas de diversos colores y no se deja al azar la presencia, siempre ennoblecedora, de los estofados con pan de oro en su capa.
Y por arte de birlibirloque convirtieron a San Gregorio Taumaturgo de golpe y porrazo en San Blas, aunque hoy que yace en los archivos de la parroquia , se le conoce como “San Gregorio el Chico”
Con ello, no se perdía la pieza artística; al mismo tiempo que, se lograba contar con un nuevo Santo en el Templo.
Desde siempre fue San Blas varón de respeto y devoción de las gentes; pues no en vano, se le creía protector de las gargantas.
En la parroquial de Los Llanos, cada 3 de febrero se celebraba solemne Eucaristía, bendiciendo el oficiante hilitos de San Blas que, adquiridos tras una pequeña limosna, se colocaban a manera de collar alrededor del cuello, pidiéndole al Santo la protección de todo mal de garganta durante el duro invierno.
Esos hilillos se conservaban hasta el Miércoles de Ceniza, que eran depositados en un cuenco junto con las ramas de olivo no entregadas a los fieles el Domingo de Ramos del año anterior, para prenderles fuego y con las cenizas resultantes y con ellas poder marcar con una cruz en las frentes de los penitentes.
Existe una razón interesante detrás de la advocación de San Gregorio Taumaturgo en la iglesia del barrio de los Llanos de Jaraquemada en Telde.
Aunque no se menciona explícitamente, una causa única en las fuentes disponibles.
Hay varios elementos que nos permiten entender el contexto:
1º.- Por la Importancia del barrio: Los Llanos de San Gregorio (también conocidos como de Jaraquemada) han sido históricamente una zona comercial muy activa en Telde; la iglesia, con su estilo neoclásico, se convirtió en el centro neurálgico del barrio, lo que sugiere que su dedicación a San Gregorio Taumaturgo pudo estar relacionada con el deseo de dotar al lugar de una figura protectora y milagrosa.
En contextos como el de Telde, donde la religiosidad popular tiene raíces profundas, elegir a un Santo con reputación de intercesor poderoso tiene mucho sentido.
Aunque no se documenta una razón puntual como una promesa, milagro o evento histórico específico, todo apunta a que la advocación fue una elección simbólica y espiritual para fortalecer la identidad del barrio y su comunidad.
¡Vamos!… Un capricho del Obispo de entonces y de la familia Palenzuela, que eran los amos y señores del lugar.
La Iglesia de San Gregorio Taumaturgo en Telde fue construida en el siglo XIX, concretamente entre 1847 y 1869, según registros históricos.
Durante ese periodo, el obispo que ejercía como tal en la diócesis de Canarias (que abarca Gran Canaria), era Monseñor Joaquín Lluch y Garriga, quien ocupó el cargo entre 1851 y 1857.
Lluch y Garriga fue un obispo destacado por su impulso a la educación y por fomentar la construcción y restauración de templos en las islas.
Aunque no fue el único obispo en ese intervalo de tiempo, sí coincidió con una etapa clave en la edificación del templo de San Gregorio.
¿Pero quién era en realidad nuestro San Gregorio Taumaturgo?
La verdad es que San Gregorio Taumaturgo, era una figura fascinante del cristianismo primitivo, conocido por su sabiduría, su profunda fe y, como su apodo indica, por los milagros que se le atribuyen.
Fue llamado Taumaturgo (“el que hace milagros”), precisamente por los numerosos milagros que se le atribuyen; desde curaciones, hasta control de fenómenos naturales.
San Gregorio Nació hacia el año 213 en Neocesaréa del Ponto. (en el actual Israel entre Tel Aviv y Haifa)
Pertenecía a una acaudalada y distinguida familia pagana.
Originalmente su nombre fue Teodoro ("don de Dios"), nombre que no era exclusivamente cristiano.
El hombre, cuyo nombre originalmente era conocido como Teodoro (el regalo de Dios), al parecer iba para abogado y así, “Gregorito”, estudiante de derecho, se familiarizó con el cristianismo a través de sus estudios con Orígenes, el principal intelectual cristiano de su época, en Cesárea (cerca de la actual Haifa, Israel).
A su regreso a Neocesaréa, Gregorio fue nombrado obispo y dedicó su vida a cristianizar aquella región mayoritariamente pagana
Su figura fue elogiada por grandes Padres de la Iglesia como San Basilio y San Jerónimo, quienes lo consideraban un modelo de santidad y sabiduría.
Falleció entre los años 270 y 275, y su festividad se celebra el 17 de noviembre.
San Gregorio no solo fue un obispo, sino un pensador, un místico y un verdadero pionero en la expansión del cristianismo en Asia Menor.
Como pertenecía a una familia pagana, el hombre no fue bautizado hasta los 14 años y tras la muerte de su padre, que aquí para nosotros, yo siempre he pensado que lo de no bautizarlo antes, fue para ahorrase las perras del banquete del bautizo, que ya saben cómo son estos ricos medios judíos, medio moros. Jajajajaja
Bueno el caso es que, le cambiaron el nombre de Teodoro o Teodorito como le llamaban los chiquillos de su colegio, por el de Gregorio.
En cuanto a la Educación: Estudió retórica y derecho, y planeaba asistir a la escuela de derecho de Beirut. Sin embargo, terminó en Cesárea Marítima, donde conoció al célebre teólogo Orígenes, quien lo influenció profundamente.
Durante siete años, Gregorio se formó bajo la tutela de Orígenes, (filosofo teólogo 185-254 y erudito cristiano de Alejandría) absorbiendo no solo conocimientos teológicos sino también una visión filosófica del cristianismo.
Su objetivo era demostrar que la fe cristiana era la única filosofía verdadera.
Fue nombrado obispo de Neocesaréa, y aunque, todo hay que decirlo, sus escritos son escasos, escribió menos libros que yo, por ejemplo. Jajajaja, éstos tuvieron un impacto notable en la doctrina cristiana.
Seguro que la actual corporación municipal de Telde, como hicieron conmigo, dos años dos años seguidos, no lo hubiesen invitado a la Feria del Libro de la Ciudad. Jajajaja
Su labor evangelizadora fue tan efectiva que, según la tradición, al final de su vida casi toda la ciudad se había convertido al cristianismo.
De hecho, es considerado uno de los Padres de la Iglesia.
Su festividad como dije se celebra el 17 de noviembre. Y además la gente de los Llanos, tenían por costumbre estrenar traje o zapatos nuevos.
Aunque su obra escrita, repito es limitada, su influencia espiritual y doctrinal fue profunda y duradera.
¿Qué milagros se le atribuyen a San Gregorio?
San Gregorio Taumaturgo no recibió el título de “hacedor de milagros” por casualidad.
La tradición cristiana le atribuye una serie de prodigios que lo convirtieron en una figura reverenciada tanto por fieles como por escépticos.
Por nombrar algunos de los que se le atribuyen a San Gregorio:
Detención de inundaciones: Se cuenta que, ante el peligro de que las aguas destruyeran cultivos y viviendas, San Gregorio oró con fervor y logró detener el avance de las inundaciones.
La Intervención en terremotos: En momentos de actividad sísmica, sus súplicas habrían calmado la tierra, evitando desastres mayores.
Se le atribuyen también sanaciones espontáneas de enfermos que acudían a él en busca de ayuda. Aunque los detalles varían según las fuentes, se habla de personas curadas de dolencias graves por su intercesión.
Según la tradición, tuvo visiones celestiales, incluyendo una aparición de la Virgen María y San Juan Evangelista, quienes le habrían revelado el misterio de la Trinidad, que luego plasmó en una fórmula teológica muy influyente.
Durante la persecución del emperador Decio, San Gregorio aconsejó a los cristianos esconderse y mantener su fe en secreto, el prefería a un cristiano cobarde vivo, que a un cristiano valiente muerto
Su Guía ayudó a muchos a preservar su fe sin renunciar a Cristo, lo que también se considera una forma de milagro pastoral.
Estos relatos, aunque envueltos en el velo de la leyenda, reflejan el impacto espiritual y cultural que tuvo San Gregorio en su época.
Alguno de estos milagros fueron los que influyeron en su canonización por el Papa Gregorio IX
Y aunque la Iglesia Catolica no lo reconozca como tal; también en su parroquia de Telde, obró un milagro el aún hoy se puede apreciar en la pared del Atar Mayor.
Se trata de un “el boquete” que dejó una “bala perdida”, aunque al parecer no iba tan perdida, sino con mucha falta de puntería, y que un republicano de derechas, disparó contra otro pequeño grupo de republicanos de izquierda, cuando éstos se disponían a descolgar la imagen del Santo para darles fuego.
La vida de San Gregorio Taumaturgo es como una novela espiritual del siglo III, llena de giros inesperados, sabiduría profunda y una transformación radical.
Me explico aquí con más profundidad:
Aunque les repito que sus escritos fueron escasos, su vida, doctrina y milagros inspiraron a generaciones posteriores.
San Basilio el Grande: Lo consideraba un modelo de santidad y sabiduría. En sus escritos, Basilio lo presenta como un ejemplo de cómo la fe puede transformar una comunidad entera. También lo cita como defensor de la doctrina trinitaria.
Lo incluye en su catálogo de escritores eclesiásticos, destacando su papel como obispo y taumaturgo. Aunque lamenta que sus obras sean pocas, reconoce su impacto espiritual y doctrinal.
Rufino de Aquilea: Otro historiador eclesiástico que lo menciona como figura clave en la expansión del cristianismo en Asia Menor.
Muy interesante fue su visión sobres la:
Doctrina de la Trinidad: Gregorio fue uno de los primeros en formular una expresión clara del misterio trinitario, influenciado por una visión mística que tuvo. Esta formulación fue retomada y desarrollada por teólogos posteriores.
Mariología primitiva: Se le atribuye una de las primeras visiones de la Virgen María, lo que influyó en el desarrollo temprano de la devoción mariana en la Iglesia.
Filosofía cristiana: Su enfoque de la fe como “la verdadera filosofía” fue adoptado por pensadores como Orígenes (su maestro) y más tarde por figuras como San Agustín.
¿Pero que enseñanzas dejó por escrito?
San Gregorio Taumaturgo, aunque no fue un autor prolífico, dejó algunas obras escritas que reflejan su profundidad teológica y su formación filosófica bajo Orígenes. Estas enseñanzas han sido valoradas por su claridad doctrinal y su influencia en el pensamiento cristiano posterior.
Panegírico a Orígenes
Es su obra más extensa y conocida.
Es un discurso de despedida que pronunció al finalizar sus estudios con Orígenes.
En él, describe el método pedagógico de su maestro, el valor de la filosofía cristiana y la importancia de la virtud en la formación espiritual.
También revela su visión de la fe como la verdadera filosofía, una idea que influenció a pensadores posteriores como San Agustín.
2. Profesión de fe trinitaria
Según la tradición, esta fórmula le fue revelada en una visión de la Virgen María y San Juan Evangelista.
Es una de las primeras expresiones claras del misterio de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo como una sola esencia divina.
Esta enseñanza fue muy valorada en los debates teológicos que precedieron al Concilio de Nicea.
3. Carta canónica
Aunque de autenticidad discutida, se le atribuye una carta sobre disciplina eclesiástica y organización pastoral.
Refleja su preocupación por la vida moral y la estructura de la Iglesia en tiempos de persecución.
Los Valor de sus enseñanzas:
Aunque sus escritos son breves, su pensamiento fue profundamente influyente. Su enfoque filosófico, su defensa de la doctrina trinitaria y su visión pastoral marcaron un precedente para los Padres de la Iglesia posteriores.
Su estilo combina claridad, profundidad espiritual y una notable sensibilidad hacia la formación del alma.
Por ejemplo, el mencionado El Panegírico a Orígenes de San Gregorio Taumaturgo es mucho más que una despedida afectuosa a su maestro: es una ventana al pensamiento cristiano del siglo III y una síntesis de filosofía, teología y espiritualidad.
Voy a intentar resumirles los principales conceptos que emergen de este texto:
La fe como verdadera filosofía
Gregorio sostiene que el cristianismo no es solo una religión, sino la única filosofía verdadera y buena. Esta idea, heredada de Orígenes, busca reconciliar la razón con la revelación divina. Para él, conocer a Dios es el fin último de toda sabiduría.
Método pedagógico de Orígenes
Describe cómo Orígenes enseñaba con una mezcla de:
Candor persuasivo y sinceridad.
Arrebatos de pasión que despertaban interés.
Argumentos teológicos inesperados, que sorprendían y convencían. Gregorio lo presenta como un maestro que no solo instruía, sino que transformaba almas.
Disciplina mental y moral
Gregorio destaca los siete años de formación bajo Orígenes como una etapa de:
Purificación intelectual: aprender a pensar con profundidad.
Maduración espiritual: cultivar la virtud y el dominio de sí mismo.
Búsqueda de la verdad: no solo en los libros, sino en la vida interior.
La teología como ciencia divina
Aunque el término “teología” aún no estaba plenamente definido en su época, Gregorio lo emplea como el conocimiento de las cosas divinas, anticipando el uso que harían autores posteriores como San Agustín y los escolásticos. La figura del maestro cristiano
Orígenes aparece como el modelo ideal de maestro:
Intelectualmente brillante.
Espiritualmente comprometido.
Capaz de guiar a sus discípulos hacia Dios, no solo hacia el conocimiento.
Este panegírico no solo honra a Orígenes, sino que revela el alma de Gregorio: un pensador que veía en la fe una vía racional, profunda y transformadora.
¡Por supuesto, El Panegírico a Orígenes de San Gregorio Taumaturgo no solo es un homenaje a su maestro, sino también una obra que sembró ideas clave que florecieron en la teología cristiana posterior.
Vamos a desentrañar su influencia y compararla con otros discursos del siglo III.
Influencia en la teología posterior
1. La fe como filosofía verdadera
Gregorio presenta el cristianismo como la única filosofía que une razón y revelación. Esta idea fue retomada por:
San Agustín, quien también defendió que la filosofía debía estar subordinada a la fe.
San Basilio, que elogió a Gregorio como modelo de sabiduría cristiana y lo citó como defensor de la doctrina trinitaria.
2. Teología como ciencia divina
Gregorio usa el término “teología” en un sentido que anticipa su uso sistemático en siglos posteriores:
Clemente de Alejandría y Orígenes ya habían comenzado a definir la teología como conocimiento de las cosas divinas.
Gregorio refuerza esta idea, y su visión influye en el desarrollo de la teología como disciplina formal en el pensamiento patrístico.
3. Modelo de maestro cristiano
El retrato de Orígenes como maestro que transforma almas se convierte en un arquetipo:
Gregorio de Nisa, en su Vida de San Gregorio Taumaturgo, adopta este estilo encomiástico y lo convierte en un modelo de santidad y virtud.
La idea del maestro como guía espiritual se consolida en la tradición monástica y en la formación catequética.
Les he hablado mucho de su Panegírico, pero… ¿Por qué les digo que es especial?
Es uno de los primeros textos cristianos que elogia a un maestro en términos filosóficos y espirituales.
Introduce una visión de la teología como disciplina formativa, no solo especulativa.
Sirve como puente entre la filosofía clásica y la teología cristiana, algo que será clave en autores como Agustín y los escolásticos.
Bueno mis queridos paisanos del barrio de los Llanos de Telde y lectores en general de, si después de todo este rollo que les he soltado; eso sí, con mucho cariño, y de forma como siempre les digo: sencilla, llana y entendible, pero rigurosa con la historia, me dicen que siguen sin enterarse quién era nuestro Santo Patrón, les juro que, les quito “las perras para los cochitos” y no les dejo ni para compra unos turrones en el baúl de la Mollera.
¡Felices fiestas amigos! y a disfrutar peladitos, con esos zapatos nuevos, que mamá te compró para que estrenara hoy y a divertirte.
Y esta tarde después de la procesión, a echarle un “puño a la baifa” al Parque, que hoy las chiquillas están que se salen de rebosantes y guapa… ¡Pues no faltaría más!... que hoy es día de San Gregorio y dicho sea de paso es el copatrón de Telde por aclamación, aunque esto último no lo acepten algunos de los del “noble” barrio de ahí abajo. Jajajaja
Fdo.
Julio César González Padrón
Marino Mercante y escritor

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