Hace aproximadamente tres semanas, se produjo un incendio en los jardines de la noria de Jinámar, jardines que están dentro de la jurisdicción del Cabildo de Gran Canaria, que afectó a varias palmeras canarias. Esta situación no resulta sorprendente, dado el estado de abandono y la falta de mantenimiento que presentan los ejemplares de la zona.
La ausencia total de cuidados y el abandono generalizado han provocado la acumulación de hojas secas y el deterioro de esta especie autóctona de las islas. Es lamentable que se descuiden de esta manera unos palmerales que podrían convertirse en un atractivo turístico y contribuir a la imagen de las islas como un auténtico oasis.
Es importante recordar que el turismo no se limita únicamente a las playas, sino que también valora el cuidado y la belleza de los entornos naturales. Un palmeral frondoso y bien cuidado puede ser un elemento diferenciador y contribuir a la percepción de las islas como un destino paradisíaco.
Sin embargo, es contradictorio intentar repoblar especies y luego abandonarlas a su suerte, sin proporcionarles el riego y los cuidados necesarios. Esta práctica no solo es ineficaz, sino que también resulta perjudicial para la imagen de las islas y el desarrollo del turismo sostenible.
Joaquín Santana
RedactorTH
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