En tierra de frío y agua cuesta salir de casa. Y cuando lo hacemos, es para ponernos a cobijo. La mayoría de nuestras reuniones, o de nuestros momentos más solitarios, se producen en el mismo sitio. En el mismo mármol alargado de la mayor parte de nuestros bares.
El puesto número uno del ránking está reñido, no te vamos a engañar. Por eso primero vamos a revelarte cuál es el lugar con más marcha de nuestras fronteras. Por algo se ha ganado el mérito de salir en la portada de este número. Cómo no, hablamos de Santa Comba. ¿Quién no ha ido de fiesta por allí? Hasta buses han llegado a fletarse desde distintos puntos de Galicia con el único objetivo de trasladar a la gente a sus bares y pubs. Santa Comba is different.
De sus 107 establecimientos de hostelería -y solo hablamos de locales que despachan bebida y ocasionalmente comida, sin incluir los negocios de restauración- 67 son bares y 42 son pubs. Uno de ellos es el Destapa, que ilustra nuestra portada. Casi nada. Sobre todo teniendo en cuenta que Santa Comba tiene 9.635 habitantes, lo que da un resultado de un bar por cada 90 lugareños.
Cuando llegamos allí, nos encontramos con que a nadie le sorprende que el pueblo esté entre los primeros en número de bares por habitante. «Xa o sabíamos», dice Mara, propietario del bar Vagalume, entre risas. Y como él, muchos más. El bar Levels es uno de esos locales que escenifican el desdoble entre día y noche que caracteriza a Santa Comba. Por un lado, tiene el clásico establecimiento donde tomarte una Coca-Cola. Pero si sigues un poco más al fondo, descubres el Century, que no es otra cosa que la versión nocturna del primero. Allí dentro tienen billar, dardos, futbolín y hasta la cabina del DJ. Alberto, uno de sus dueños, nos abrió del todo los ojos. Porque este veterano nos contó que, por haber, en Santa Comba hay hasta una liga comarcal de bares. Sí, sí, una liga de fútbol. Toma ya. Los hosteleros compiten entre sí cada año y, por supuesto, luego se van a tomar la caña al bar.
¿Cuál es la explicación a tanto despliegue? Primero y como todos sabemos, ese bum de concesión de licencias que se produjo hace algunos años, cuando se terminó por descubrir que muchas de ellas figuraban como licencias de tablaos flamencos.
MUCHAS GANAS DE RUMBA
Con aquello se levantó la liebre pero el espíritu hostelero siguió ahí, persistiendo en el tiempo aun a pesar de la crisis y de la bajada de la clientela. Ya no hay bus con destino a la noche de Santa Comba, eso es un hecho. Pero las ganas de rumba no se las van a quitar así como así. Siguen siendo un referente, y nosotros nos preguntamos por qué. No podemos dejar de valorar su ubicación, céntrica para aquellos que se acercan desde la zona de Finisterre. Los carballeses, que últimamente han visto mermada su actividad nocturna, también se acercan allí, igual que la gente de Ponteceso, Ordes o Boiro. Precisamente en Ordes tenían a su mayor competencia, un pique que se ha ido diluyendo con el tiempo y la bajada de clientela en sus pubs y discotecas. «En Melide también hay mucha marcha por las subvenciones que se les concede a los locales de hostelería», apunta Alberto, que sin embargo añade que Santa Comba no acaba de cederles el trono nocturno: «Aquí han abierto unos doce bares más en los últimos cinco años». La cultura de bar no se le puede negar a este pueblo que, no obstante, carece de la del vino y el vermú. «Somos más de tarde-noche», indica el hostelero. De Melide habla también Ana Belén Castro, que ahora trabaja junto a su padre en el Bar Esquina, pero antes lo ha hecho por la noche en diversos pubs. «Antes el número uno de la noche era Melide, luego lo fue Santa Comba y ahora lo es A Coruña», apunta.
Pero vamos a responder a esa pregunta que tanto nos ha estado rondando en la cabeza. Ya te adelantamos que la cosa está muy, pero que muy reñida. Y te dijimos que olvidases los destinos más turísticos y conocidos de Galicia. ¿Pensabas en algún sitio de abarrote? Pues frío, frío. Y nunca mejor dicho. Porque resulta que Triacastela, epicentro de la mayor parte de los terremotos que nos hacen temblar por estos lares, es imbatible en verano. Completamente imbatible.
MEJOR A PARTIR DE MARZO
En este pequeño pueblo lucense de la comarca de Sarria, durante los meses de verano hay un bar por cada 58 habitantes. Sí, has leído bien. Triacastela llega a tener 12 bares abiertos para sus 699 censados, a los que se suma una verdadera ola peregrina. De hecho, ya la están esperando. Eva López, propietaria del Complexo Xacobeo, nos cuenta cómo viven los vecinos ese tremendo contraste. «En invierno estamos solo tres o cuatro bares. Aquí hasta Semana Santa nos toca estar así, aunque mañana nos espera colgar el cartel de pensión completa porque han reservado varias familias que vienen a la nieve». Y es que su cercanía con O Cebreiro es otro de los factores que hacen que Triacastela sea todavía más concurrida, ayudando a su hostelería a sobrevivir durante el invierno. A partir de marzo llega lo bueno. «Trabajamos fundamentalmente el peregrino. Tanto, que nos adaptamos nosotros a él. En cada punto del pueblo hay algo para ellos. Abrimos la cocina durante todo el día, y tenemos hasta material médico como gasas y demás por si el peregrino lo necesita y las farmacias ya están cerradas. Incluso les vendemos comida cuando el súper cierra», explica la dueña del complejo. Pero, ¿qué tal con los idiomas? «Al final siempre repiten las mismas frases: ?¿Cuántos kilómetros hay para tal sitio?, ?¿Por dónde pasa el bus??», responde resuelta Eva, que no obstante apunta que «si vienes ahora al pueblo, te lo encuentras desierto. Porque incluso los propios habitantes naturales de Triacastela vuelven en verano, incluidos los niños, que terminan las clases en Sarria».
Ahora bien. Si Triacastela gana en verano, hay otro pueblo que arrasa durante todo el año. Una población que se encuentra en Ourense, concretamente en la comarca de Viana. Vamos afinando. A ver si a la tercera va la vencida. ¿Cuál es el pueblo con más bares por habitante de Galicia durante toooooodo el año?
And the winner is? ¡A Gudiña! Nada más y nada menos que dieciséis bares, uno por cada 87 habitantes, son los que tiene esta localidad con 1.392 habitantes. «Aquí somos famosos por el frío y por los bares. ¿Qué te crees?», nos dicen nada más descolgar el teléfono. Llamamos al Concello en busca de una explicación. «A Gudiña es el primer pueblo al que tienes acceso en Galicia por carretera. Venías de Castilla y era lo que te encontrabas. Después vino la obra de la autovía, que también potenció mucho la apertura de bares y hoteles. Luego tienes el ferrocarril, que hace que mucha gente venga a coger el tren, y las líneas de autobuses que van a Barcelona, Madrid y el País Vasco. Todo eso hace de A Gudiña un sitio de paso», explican desde la corporación municipal.
POR ALGO QUIEREN VOLVER
Muestra de ello es que ahora mismo no, pero no hace mucho había no una, sino dos gasolineras. Tampoco hace tanto que tres pubs abrían sus puertas cada noche en el pueblo, de los cuales en estos momentos funciona todavía uno. «El tema son las comunicaciones entre la nacional y la autovía, y ahora con la Ruta de la Plata, más. Bueno, eso y que tratamos tan bien a la gente que siempre quiere volver», dicen desde el Ayuntamiento. Y, visto lo visto, debe ser verdad. Por algo se disputan el primer puesto con Triacastela. A Gudiña es, en definitiva, como un gran área de servicio del que todos salen contentos.
Pero salgamos del top three de los diez municipios con más barras por lugareño y vayamos hasta Moeche. Allí sí que nadie se imaginaba que quedarían en la quinta posición de nuestro particular ránking. Desde el café O Campo, el local en el que hicimos una de las fotos que ilustra este reportaje, su dueña María del Carmen lo tiene claro: «No me esperaba que estuviésemos entre los primeros, pero pensándolo bien no me extraña nada. Y eso que cerraron dos, pero somos muy poquitos», indica. La hostelera sabe que la ganadería tira mucho en Moeche, y que acerca a gente de los alrededores que, sí o sí, van a acabar tomándose algo en alguno de los diez bares que tiene el municipio a disposición de sus 1.246 habitantes. En resumen, podemos decir que en Moeche hay un bar por cada 124 residentes. Allí no se produce ningún fenómeno que lo sitúe como uno de los municipios con más bares por habitante de Galicia. Sin embargo, lo es. «Por aquí se pasa gente de sitios próximos como Cerdido, Santa María do Monte (San Sadurniño) o As Somozas que paran a tomarse algo», cuenta María del Carmen, que añade que en Moeche «vendemos cosas que no hay en otros lugares. Por ejemplo, hay un almacén de piensos con agrotienda. También se organiza un mercadillo de ganado los martes, y hay feria dos veces al mes».
ESTO NO ES EL FIN DEL MUNDO
Será por eso que hay tanto movimiento en el pueblo, y el motivo por el que la dueña del café O Campo me dice que «es una pena que no vengas en otro momento, porque este local el sábado por la noche es un punto. Por la mañana tengo a gente de todas las edades, luego por la tarde está más muerto pero los fines de semana por la noche la gente joven se pasa por aquí y les ponemos música. Hacemos alguna que otra fiesta, traemos a veces a un DJ e invitamos a la gente por el Facebook», dice Mari Carmen, que se ha modernizado tanto que asegura que «aquí te hacemos desde un raxo hasta las copas sin problema ninguno». Por eso mismo, porque sabe que hay ambientillo, le molesta las ideas preconcebidas del que no conoce el lugar: «Aún hay gente que cree que Moeche es el fin del mundo, pero está a una hora de A Coruña y a veinte minutos del centro de Ferrol. Además tenemos un castillo estupendo con visitas guiadas en verano y un área recreativa bastante guay con una piscina. Vamos a tener la feria del queso ahora en marzo, hace dos años que se celebra un eslalon de coches y quedamos cerquita de unas playas estupendas», defiende. Con una hostelera así, ¿quién quiere una concejalía de Turismo?
Sin embargo, no todos los pueblos corren con la misma suerte. Hay sitios que no tienen esta abundancia de barras, aún contando con los mismos habitantes que los de nuestro top ten. ¿Crees posible que exista un pueblo con un solo bar? Pues existe. San Xoán de Río está en la comarca ourensana de Trives y, con sus 600 habitantes, resulta que tiene una sola cafetería. «¿Y no se pelean?», pregunta una servidora. «¡Para nada!», responden desde el Concello, «aquí sobra o bar para os que somos. Non te creas que hai moito problema, cando vas hai sitio dabondo». Pues habrá que creérselo. Pero donde no hay discusión alguna, porque es imposible, es en Quintela de Leirado. También queda por Ourense, en Tierra de Celanova. ¿Y qué pasa aquí? Pues que no hay bar. Son 629 habitantes y no disponen de una sola cafetería. ¿Por qué? ¿Qué hacen cuando quieren tomar algo? «¿Que qué hacemos? Pues no nos tomamos nada. O nos vamos a los pueblos más próximos, o nada», responden desde la corporación municipal. Tiene tela la cosa. Resulta que en Triacastela tienen 699 habitantes y doce bares en pleno verano y aquí, en Quintela de Leirado, ni uno con solo setenta residentes menos. Lo que hace el Xacobeo.
¿Qué pudo ocurrir en Quintela para que se quedaran sin cafeterías? «El dueño del bar que había falleció y lo cogió otra chica antes de Navidades, pero ya lo cerró. Tampoco le dio mucho tiempo para ver cómo funcionaba. Es una pena, se comenta por el pueblo que a ver si lo coge alguien. Pero aquí cada vez hay menos gente, y con este tiempo ya ni te digo, aseguran desde allí. Toca ir terminando, pero no sin antes animarte a que eches un ojo a nuestro ránking, que sabemos que el gusanillo está ahí. Y aún no sabes cómo está el podio de las ciudades?
FUENTE : http://www.lavozdegalicia.es/noticia/yes/2016/02/27/pueblo-bares/00031456314655892525786.htm?piano_t=1
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