La
zona más pobre del grantabaibal, sigue en su empobrecimiento creciente.
El
miedoambientecabildiciosepronil, lo está arruinando, y acabando con lo poco que
queda, están dejando se llenen miles de hectáreas que eran de cultivo, se
llenen de tabaibas y de otras basuras que ellos plantan, contra lo que es uso y
costumbre, norma y derecho, donde se garantiza el hambre y la miseria. Y todo
esto está condenando a la mayor pobreza no solo al campo, sino a toda la isla,
al no obtener de su tierra nada que poder echarse a la boca. Pocos son ya los
que quedan de aquellos más que miles de pequeños agricultores, que
tradicionalmente han vivido y han vendido de lo que cultivan o de los animales
que cuidan. Este es el asunto: el cabildomiedoambientilsepronero que padecemos,
está acaparando tierras, para volverlas estériles y plantar en ellas basura
(repito).
Es decir, tierra fértil, que pasa a ser tierra muerta. Curiosamente,
sucede que desde aquí, donde se da muerte a nuestra agricultura y ganadería, se
ayuda a agricultores y a ganaderos de otros lugares de fuera, lo cual es un
delito, y un atropello, se mire desde donde se mire. Es decir, no invierten en
lo nuestro, no invierten y lo hacen regalándolo a gente de fuera. La
consecuencia es que ni se crean puestos de trabajo, ni se produce alimento
alguno. Es de hecho una expropiación en toda regla, sin más. Y sucede, que
cuanto hacen en el campo, lo hacen sin diálogo alguno con los campesinos, que
los tratan como si no existieran y sí como fondo de donde recaudar dineros fáciles
por medio de cuantiosísimas multas. El daño que se le hace a la tierra, es
irreparable, y ¡hay que ver, lo que dejamos en herencia a los que vengan de
atrás! Así que el campesino es el dueño de las tierras, pero no puede hacer uso
de ellas, y sí los del miedoambientecabildiciosepronil, que hace cuanto le
viene en gana en y con lo ajeno, pues los echan de sus propiedades de manera
forzada y con armas. En poco tiempo, hablaremos de devastación total. Y, el
riesgo es grande, que el campo quede desabastecido y avocado al hambre y
muerte. Ya, la gente se marcha de sus tierras que ancestralmente han cultivado
y se las llenan de pinos y otras basuras (vuelvo a repetir), quedando a merced
de un desplazamiento incierto y de una inseguridad total. Y mientras todo esto
pasa y ocurre, nadie dice nada y los medios de comunicación callan, y nos
engañan con huertos en las ciudades entre coches y contaminación de humos y
gases, que van a dañar gravemente la salud de los pobres consumidores de esas
minucias. Y, agricultores y ganaderos que durante siglos han vivido de las
tierras heredadas de sus mayores, y de las que tienen escrituras y registros de
propiedad, pierden sus tierras al prohibírseles que las trabajen o tengan
animales. Lo que no les puedo es, contar el sufrimiento, dado que éste es
intransferible y solo lo sabe el que lo padece, pero es mucho, grande y grave.
Campesinos desterrados y desplazados frente a la avaricia ciega de un
cabildosepronilmiedoambientalista, que lo justifica todo con la protección de hierbas
malas. Forzosamente expulsan de lo propio el miedoambietesepronilcabildicio,
que destruye el sector primario tradicional, privando al campesino de su
alimento de siempre, produciendo la hambruna que ya es común y conocida en el
campo: escasean los alimentos, son muy caros y malos, mientras que la tierra
está ocupada por tabaibas, retamas y basuras semejantes, y esto les va a faltar
el respeto a los derechos humanos, y a la desaparición de todo desarrollo
posible. Y nadie ayuda a cambiar este estado de cosas, que en lugar de mermar,
cree de día en día en esa dirección.
El
Padre Báez.
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