Director: Juan Carlos Melian Naranjo. contacto: teldehabla@gmail.com

sábado, 28 de febrero de 2015

Greenpeace se suma a la marcha de este sábado para pedir el cierre de Garoña





La organización ecologista denuncia que la operadora de Garoña intenta evitar la revisión de defectos en elementos críticos de seguridad.

* Greenpeace recuerda que el Consejo de Seguridad Nuclear vulnera sus protocolos de buenas prácticas al tramitar la reapertura de la central.

Greenpeace se suma y anima a la ciudadanía a participar en la marcha para pedir el desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), que ha convocado la iniciativa "Araba sin Garoña" para mañana sábado 28 de febrero a las siete de la tarde desde la plaza de la Virgen Blanca  en Vitoria-Gasteiz. 


La compañía operadora de Garoña, Nuclenor S.A., que es propiedad a partes iguales de Iberdrola y Endesa, solicitó en mayo del año pasado una nueva licencia para 17 años de funcionamiento, tras haber cerrado la instalación en diciembre de 2012 por problemas económicos (1). El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que está vulnerando sus protocolos de buenas prácticas al tramitar una licencia por más de diez años, está realizando los estudios técnicos sobre todas las exigencias que solicita para su reapertura.

“La operadora de Garoña intenta evitar la revisión de elementos críticos en la seguridad sabiendo que tienen defectos, además de provocar que el CSN se salte sus procedimientos de buenas prácticas para reabrir la central nuclear”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace. “Si el CSN no le planta cara a Iberdrola y Endesa, dueñas de Garoña, tendrá que ser la ciudadanía quien lo haga”.

La organización ecologista destaca dos graves problemas de seguridad: el agrietamiento en las penetraciones de la vasija del reactor, y la posibilidad de defectos semejantes a los encontrados en las centrales nucleares belgas de Doel3 y Tihange2. Los fallos en Bélgica hicieron el propio regulador de ese país pidiera la revisión de todas las centrales del mundo, a la que se ha sumado Greenpeace.

Sobre las penetraciones de la vasija. El pasado 30 de enero, el CSN exigió la inspección de la totalidad de las 97 penetraciones de los accionadores de las barras de control, frente a la propuesta de Nuclenor de inspeccionar únicamente 12 de ellas. Las barras de control son cruciales, pues actúan como “frenos” del reactor nuclear en caso necesario, entrando en el interior de la vasija por unos tubos llamados penetraciones. Es bien conocido por el regulador, y por el operador, que los problemas de agrietamiento de los manguitos de las penetraciones de las barras de control están sin resolver, y sin embargo pretendía excluirlos de la revisión.

Sobre los defectos semejantes a los encontrados en las centrales nucleares belgas. Estos fallos deben ser descartados en Garoña a petición expresa del CSN. En el verano de 2012 fueron descubiertos un número sin precedentes de indicaciones de defectos en las vasijas a presión de los reactores de Doel 3 y Tihange 2 (Bélgica). Tras más pruebas se revelaron hace escasamente una semana miles de grietas más de las que fueron detectadas inicialmente(PDF). 

Greenpeace está profundamente preocupado por el anuncio de dos científicos preeminentes expertos en materiales, que declararon el pasado 13 de febrero que el deterioro en estos elementos críticos podría derivarse de las operaciones normales, y podrían poner en peligro la integridad de la vasija a presión en caso de ser lo suficientemente grave, y podrían estar presentes en los reactores nucleares de todo el mundo. Dado el riesgo de un accidente catastrófico que podría ocurrir en caso que estos elementos fallen, es prudente transmitir precaución.

Asimismo, los ecologistas recuerdan que se están vulnerando los procesos de participación pública y de estudio de impacto ambiental en Garoña. Tanto el Convenio de Espoo, sobre la necesidad de llevar a cabo un Estudio de Impacto Ambiental en un contexto transfronterizo, como el Convenio de Aarhus sobre la participación pública, amparan esta demanda que está siendo ignorada por Nuclenor.

Greenpeace considera que la energía nuclear es perfectamente prescindible, dado el enorme exceso de capacidad de generación eléctrica que hay actualmente. Y de cara al futuro, la organización recuerda que tampoco sería necesario recurrir la energía nuclear, ya que, como Greenpeace ha demostrado con diversos informes, un modelo energético basado en la eficiencia, una gestión inteligente de la demanda y 100% renovable es no solo técnicamente viable, sino que sería la fórmula de un futuro sostenible, con una valiosa contribución a larecuperación social y económica del Estado español.

  1. La central nuclear de Garoña alcanzó el límite de su vida de diseño de 40 años en 2011, y tenía permiso de operación hasta el 6 de julio de 2013. En julio de 2012, el Ministerio de Industria revocó parcialmente la Orden Ministerial que establecía el cese de explotación hasta esa fecha. Nuclenor S.A. solicitó un aplazamiento para pedir esta nueva ampliación de vida, que no le fue concedido en 2012, pero sí en 2013. A pesar de que finalmente consiguió este aplazamiento no solicitó una nueva licencia, y el Ministerio de Industria procedió a declarar el cese de explotación definitivo. Tras el cese se modificó el Proyecto de Real Decreto para la gestión responsable y segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos, que amparaba la posibilidad de una nueva solicitud de ampliación de vida para Garoña. El 22 de febrero de 2014, el Consejo de Ministros aprobó esta nueva norma y Nuclenor S.A. solicitó el pasado 27 de mayo una licencia para operar hasta el año 2031. Además, el pasado 17 de julio, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) le impuso la máxima multa posible por haberse desacoplado de la red eléctrica de forma unilateral en diciembre de 2012.

No hay comentarios:

Publicar un comentario