Esa es, la situación del campesino, ya sea
agricultor o ganadero. El miedoambientessepronilcabildicio, hace presión
continuamente con multas constantes, para que salgan del campo y se machen,
abandonen. Y, a decir verdad van consiguiendo su criminal objetivo: barrer del
campo a todo campesino, para llenarlo de tabaibas y de pinos. La cosa comenzó
allá al comienzo del año 1950 del siglo pasado. ¡Cómo me acuerdo, ver todavía
la cumbre con pastores y con pasto! Pero nadie se levanta contra esta grave y
gran injusticia. Pero, más que injusticia es una tiranía o dictadura, sin
nombre. Le han robado al campesino la libertad, y encerrado en sus propias
casas, no se atreven a hacer nada, porque por todo –ya sea lo que sea lo que haga-
lo multan de forma exageradísima (algún día les daré la relación de delito y
multa).
Los partidos políticos, no han tomado partido por el campo ninguno,
todavía. Promueven sí –para despistar- huertos entre la circulación y
contaminación de las ciudades o grandes poblaciones, a la par que las prohíben
en el campo, que es su sitio natural y ecológico, saludable y antiparo. No, no
hay estabilidad en el campo; todo se tambalea, y cada campesino sin saber a
dónde ir, solo piensa en emigrar. Y no, no es normal, que en su propio medio se
le prohíba al hombre del campo ejercer su trabajo, y ello según es tradición
muchas veces milenarias, y tantas como tempo lleva el hombre sobre la tierra,
que siempre comió de ella, menos ahora, entre nosotros, que todo nos lo traen
de fuera. A todo hombre del campo que uno se encuentre lo vemos sin ilusión,
triste, aburrido, desanimado, desesperado..., y lo curioso es, que nadie se
rebela, y ello a pesar del grave peligro de hambre en el que vive el hombre del
campo, pues es perseguido por la fuerza cabildiciasepronilmiedoambiental, que
hace que la situación en el campo sea más que crítica: llevan en el campo toda
la vida, y se les obliga a abandonarlo. Se trata de un verdadero maltrato
psicológico, o acoso, que a pesar de ser delito, pasa desapercibido y nadie lo
denuncia. Podemos hablar de una atmósfera muy tensa, que pudiera estallar, pero
sumiso este pueblo, se doblega ante sus verdugos y amos, y acepta estos
ataques, que acaban con la identidad de un pueblo, el mejor del mundo, el de
los descendientes de aquellos bravos guanches, a los que, se les ha reducido
con fútbol, alcohol, carnaval, etc., que presiona y presiona al campo, sin que
éste se revuelva y actúe. Es tan alto el grado de reducción de las actividades
en el campo, que prácticamente, no se puede hacer nada, sino marcharse del
mismo, si no quiere ser multado y molestado. El cabildomiedoambientesepronil,
avanza sin freno, y nadie lo frena. El campo vive el horror de las
persecuciones citadas, y una autentica sangría de abandonados, que se van o
marchan y lo dejan todo a su suerte y asilvestramiento, a donde se da prisa los
citados enemigos del campesino en reforestar con basuras (tabaibas, pinos,
cardones, retamas, etc.). Son muchas las dificultades que tienen que sufrir los
que se quedan, por eso la mayoría huye. Lo peor de todo es, que se machaca la
dignidad humana del campesino. El campesino sufre en su carne la guerra del
miedoambientesepronilcabildicia, y es víctima de un enfrentamiento por parte de
ellos que radicalizan de día en día más sus actuaciones represoras y punitivas.
Se pudiera hablar –con toda propiedad- de campesinofobia y persecución, donde
ya se cuentan con varios suicidados, por causa de tal comportamiento contra
ellos, pobres inocentes que tienen que pagar costosísimas multas, y hasta
cumplir prisión o cárcel, sin motivo grave ni leve, sino por simplemente vallar
un cultivo para prevenir se lo coman los roedores, por poner un ejemplo. Se
trata y es, de un asalto y de un ataque, donde la amenaza es constante, y de
forma violenta, nunca por las buenas. Falta el respeto y las buenas maneras, en
el lugar donde estés haciendo algo.
El Padre Báez
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