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jueves, 19 de septiembre de 2013

Obligados a marcharse del campo:










                                                                        
Esa es, la situación del campesino, ya sea agricultor o ganadero. El miedoambientessepronilcabildicio, hace presión continuamente con multas constantes, para que salgan del campo y se machen, abandonen. Y, a decir verdad van consiguiendo su criminal objetivo: barrer del campo a todo campesino, para llenarlo de tabaibas y de pinos. La cosa comenzó allá al comienzo del año 1950 del siglo pasado. ¡Cómo me acuerdo, ver todavía la cumbre con pastores y con pasto! Pero nadie se levanta contra esta grave y gran injusticia. Pero, más que injusticia es una tiranía o dictadura, sin nombre. Le han robado al campesino la libertad, y encerrado en sus propias casas, no se atreven a hacer nada, porque por todo –ya sea lo que sea lo que haga- lo multan de forma exageradísima (algún día les daré la relación de delito y multa). 
Los partidos políticos, no han tomado partido por el campo ninguno, todavía. Promueven sí –para despistar- huertos entre la circulación y contaminación de las ciudades o grandes poblaciones, a la par que las prohíben en el campo, que es su sitio natural y ecológico, saludable y antiparo. No, no hay estabilidad en el campo; todo se tambalea, y cada campesino sin saber a dónde ir, solo piensa en emigrar. Y no, no es normal, que en su propio medio se le prohíba al hombre del campo ejercer su trabajo, y ello según es tradición muchas veces milenarias, y tantas como tempo lleva el hombre sobre la tierra, que siempre comió de ella, menos ahora, entre nosotros, que todo nos lo traen de fuera. A todo hombre del campo que uno se encuentre lo vemos sin ilusión, triste, aburrido, desanimado, desesperado..., y lo curioso es, que nadie se rebela, y ello a pesar del grave peligro de hambre en el que vive el hombre del campo, pues es perseguido por la fuerza cabildiciasepronilmiedoambiental, que hace que la situación en el campo sea más que crítica: llevan en el campo toda la vida, y se les obliga a abandonarlo. Se trata de un verdadero maltrato psicológico, o acoso, que a pesar de ser delito, pasa desapercibido y nadie lo denuncia. Podemos hablar de una atmósfera muy tensa, que pudiera estallar, pero sumiso este pueblo, se doblega ante sus verdugos y amos, y acepta estos ataques, que acaban con la identidad de un pueblo, el mejor del mundo, el de los descendientes de aquellos bravos guanches, a los que, se les ha reducido con fútbol, alcohol, carnaval, etc., que presiona y presiona al campo, sin que éste se revuelva y actúe. Es tan alto el grado de reducción de las actividades en el campo, que prácticamente, no se puede hacer nada, sino marcharse del mismo, si no quiere ser multado y molestado. El cabildomiedoambientesepronil, avanza sin freno, y nadie lo frena. El campo vive el horror de las persecuciones citadas, y una autentica sangría de abandonados, que se van o marchan y lo dejan todo a su suerte y asilvestramiento, a donde se da prisa los citados enemigos del campesino en reforestar con basuras (tabaibas, pinos, cardones, retamas, etc.). Son muchas las dificultades que tienen que sufrir los que se quedan, por eso la mayoría huye. Lo peor de todo es, que se machaca la dignidad humana del campesino. El campesino sufre en su carne la guerra del miedoambientesepronilcabildicia, y es víctima de un enfrentamiento por parte de ellos que radicalizan de día en día más sus actuaciones represoras y punitivas. Se pudiera hablar –con toda propiedad- de campesinofobia y persecución, donde ya se cuentan con varios suicidados, por causa de tal comportamiento contra ellos, pobres inocentes que tienen que pagar costosísimas multas, y hasta cumplir prisión o cárcel, sin motivo grave ni leve, sino por simplemente vallar un cultivo para prevenir se lo coman los roedores, por poner un ejemplo. Se trata y es, de un asalto y de un ataque, donde la amenaza es constante, y de forma violenta, nunca por las buenas. Falta el respeto y las buenas maneras, en el lugar donde estés haciendo algo.


El Padre Báez

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