Mary Almenara
Muy pocas personas se libran de las desavenencias familiares cuando de repartir la herencia se trata. Desgraciadamente es como una maldición que cae entre los herederos que llega a romper los lazos más grandes que existe entre familiares.
El pan de cada día es ver como, por no llegar a un acuerdo justo para todos, se han separado hijos de padres y hermanos entre si por un par de sillas o una docena de cucharas.
Por un calvario como éste están pasando, ahora mismo, una famosa del folclore y su hijo lo que está dando que ganar mucho dinero a los programas del cotilleo donde hoy dan la vida por uno a la vez que le arrancan la cabeza al otro.
Dejando de lado a esta señora y su vástago, de siempre se ha conocido los grandes litigios a los que han llegado familias enteras separándolos, en ocasiones, de por vida.
Es triste saber que aquello por lo trabajaron nuestros progenitores sea la causa de la separación de unos hermanos que hasta aquí siempre estuvieron unidos.
Tal vez esta sea la razón por la que muchos matrimonios ahorraban y trabajaban hasta la extenuación con el fin de dejar una herencia a cada uno a partes iguales.
Si bien es verdad que esta costumbre, por suerte, ha pasado a la historia y los padres de hoy luchan por tener su hogar donde criar a los hijos y luego se dedican a disfrutar de la vida, que es lo mejor que pueden hacer.
Tal vez, usted como yo, conoce alguna familia donde solo un miembro de ella se ha preocupado de los padres pero cuando estos han fallecido, piden heredar como aquel o aquella que los cuidó hasta el final.
Particularmente pienso que lo primero que debemos hacer es vivir sin despilfarrar pues la vida puede ser muy corta o larga, ignorando lo que nos puede tener deparado el destino.
Solo deseo que esta familia de “famosos” lleguen a un buen entendimiento porque no podemos olvidar que en medio de todos estos dimes y diretes, existe un lazo familiar de madre e hijo.
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