La
sutileza es una de las estrategias de la Autoridad Portuaria de Santa
Cruz de Tenerife para tratar de justificar su lamentable argumento
contrario al crecimiento de Tenerife Shipyards. Una empresa de alto
valor añadido que quiere potenciar el protagonismo del puerto tinerfeño
en el sector de las reparaciones navales y desde hace unos meses solo
encuentra obstáculos. Todo son dificultades para la ubicación de un
dique flotante en el dique del Este y la llegada de plataformas
petrolíferas que vienen a reparar y generar riqueza, incluidos pingües
beneficios para la caja de la entidad pública.
En la foto
que acompaña vemos a seis buques, tres de los cuales son de tráfico
cautivo y ocupan el muelle de ribera junto a la terminal de contenedores
y los otros tres son petroleros, incluido el buque “Dattilo M”, al que
la Autoridad Portuaria califica de “granelero”. Granelero en el argot
marítimo es un buque de carga seca y en este caso se trata de un
quimiquero, para ser más exactos. Como petroleros de productos lo son
también los buques “Halki” y “Anafi”, en realidad “bunker ships”, es
decir, barcos para el suministro de combustible en rada o abarloados,
que tienen varios puntos de carga, entre otros la terminal de CEPSA en
La Hondura, que sigue activa.
Con esta
sutileza, la Autoridad Portuaria trata de confundir a la opinión pública
para justificar su oposición a la expansión y crecimiento de Tenerife
Shipyards, con todo lo que ello implica de empleo y riqueza. Sin
embargo, hay argumentos que evidencian lo erróneo de su estrategia. Dos
días a la semana la terminal de contenedores se llena de barcos del
denominado tráfico cautivo o “feeder”, es decir, aquellos que
suministran a la población. Los petroleros son los encargados de
suministrar de combustible a la isla –el cierre de la refinería tiene
sus consecuencias– y hacer de gasolineras flotantes. La madeja comienza a
desenredarse.
Foto: Puertos de Tenerife
fuente: https://www.puentedemando.com/lleno-parece-pero-esta-vacio/
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