La sequía encarecerá las conservas de pescado. ¿Qué tendrá que ver la una con las otras? Pues bastante. Porque dentro de las latas hay aceite, que se extrae de los olivos de Andalucía y en esa comunidad hay una sequía atroz.
Andrés Cerdeiras, de Cerdeimar, en Camariñas, explica que la subida del aceite de oliva está teniendo una fuerte repercusión en el negocio, pues está suponiendo un aumento de entre un 10 y un 15 % en el coste del producto final, aunque, de momento, esa subida no la están notando los consumidores, «pero tendremos que empezar a repercutir ese incremento», admite. Porque, de lo contrario, el sector entrará en pérdidas. «Nuestros márgenes ya son muy pequeños», subraya el empresario.
Cerdeiras aclara que el alza del aceite de oliva afecta especialmente a las conserveras que, como la suya, exportan sus productos fuera de España, porque los clientes extranjeros exigen conservas en aceite de oliva. En el caso de esta industria de Camariñas, el 70 % de su producción cruza los Pirineos y de ella, el 80 % está elaborada con el fruto del olivo. El conocido como oro líquido -en este caso, con más razón- representa el 20 % del coste de elaboración de una lata.
El kilo, un 123 % más caro
José Luis Ortiz, presidente de la asociación de fabricantes de conservas de pescado de Cantabria (Consesa), da más detalles sobre la repercusión que está teniendo en la industria el incremento del precio del aceite. En marzo del año pasado pagaban el kilo de aceite de oliva a 1,86 euros; este mes de agosto, a 4,15. El aumento es de un 123 %. El de oliva virgen extra -que se utiliza más para las conservas de anchoa, por ejemplo- lo pagaban a 2,42 euros el kilo en enero del 2014; este mes, a 5. El incremento es del 106 %.
Ortiz aclara que esa subida (no en esos porcentajes) empezará a repercutir en los consumidores a partir de septiembre. De momento no, porque los contratos con los distribuidores están firmados a un precio y se suelen renovar cada año, algo que tocará afrontar en breve. «Este aumento del aceite nos ha pillado con el pie cambiado, llevamos dos años sin variar los precios, pero ahora no nos queda más remedio porque de lo contrario entraremos en pérdidas», explica.
El incremento del coste del aceite es uno más de los que deben hacer frente los conserveros, pero no es el problema más importante. Lo es, según el presidente de Consesa, el progresivo aumento del precio de la materia prima (la anchoa, en su caso) debido a la escasez de las capturas.
Un negocio que da trabajo a 12.000 gallegos que elaboran 300.000 toneladas de latas
La industria conservera gallega facturó el año pasado más de 1.266 millones de euros y dio empleo a unas 12.000 personas. Según datos de la conselleira do Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, el sector representó el año pasado cerca del 3 % del PIB gallego al alcanzar una producción próxima a las 300.000 toneladas, cifra equivalente al 88 % de la producción total española.
En toda España, trabajan más de 15.000 personas que enlatan 342.525 toneladas, por valor de 1.528 millones de euros.
Las tres compañías que copan el podio nacional (Calvo, Jealsa y Frinsa) tienen sede en la comunidad autónoma.
En el 2013 se produjo una contracción del consumo interno de conservas de pescados y mariscos, tendencia que cambió en el 2014.
Hacia la internacionalización
Como ha ocurrido con otros sectores, las grandes conserveras gallegas decidieron dar el salto al exterior como apuesta para afianzar su crecimiento. Entre otros movimientos han construido plantas de producción cerca de los caladeros de pesca para así colocarse cerca de mercados emergentes, especialmente los americanos.
El año pasado, fue en Brasil donde se realizaron las operaciones más importantes. Calvo, que copa el 45 % del mercado brasileño, levantó una fábrica de harinas de pescado y modernizó instalaciones.
Mientras, Jealsa, por su parte, inauguró planta de producción en Cearà (Brasil).
FUENTE : http://www.lavozdegalicia.es/noticia/maritima/2015/08/30/subida-aceite-dispara-10-coste-producir-conserva/0003_201508G30P32993.htm?piano_t=1
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