Pero ¿cómo va a haber un río en el mar? Si es agua con agua… se mezclarán ¿no?
Bueno, en realidad no es un río, ya que un río es por definición ‘una corriente de agua continua y más o menos caudalosa que va a desembocar en otra, en un lago o en el mar’, y este “río” no puede desembocar en el mar… ¡porque ya está allí!
Ahora bien, parecer, lo que se dice parecer, tiene toda la pinta de un río, con su cauce bien definido, con sus isletas, su vegetación en las riberas…
Y así le pareció al submarinista Anatoly Beloshchin, que cuando se encontró con esta extraordinaria escena declaró: “Cuando nos encontramos a unos 60 metros de profundidad, veo de repente un río, islas, hojas caídas. Estar allí y verlo con tus propios ojos es una sensación inolvidable”.
Pero ¿cómo es posible este fenómeno?
En realidad, el río es una capa de sulfuro de hidrógeno disuelto en el agua salada de la parte inferior, separada del agua dulce que llena la parte superior de la cueva. Lo que nos presenta una imagen que nos recuerda a un río que fluye en el centro de la cueva, con árboles que salen a la superficie.
Es el llamado Cenote Angelita, conocido popularmente como ‘angelito’, una especie de túnel vertical de agua de hasta 60 metros de profundidad, situado en la península de Yucatán en México.
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