Las sorpresas de la hostelería
En una ocasión, estando en mi turno de cocina desde las 7 de la mañana preparando el menú del día y todos los empleados, camareros y cocineros, etc., en sus respectivos puestos y en el desempeño de sus preparativos, ya que las puertas se abren al público a las 12:30 a.m., empiezan a llegar los primeros clientes. En la barra se sienta un señor y deposita en la misma una bolsa cerrada y pide una cerveza y, para picar, una tapita de callos, lo cual repite en varias ocasiones, eso sí, con cambio de bebida, ahora whisky Johnnie Walker etiqueta negra y varios platos más de la carta, postre y café. En un momento dado, suena su teléfono y se ausenta con su conversación, ya que se entiende que es privada, y como unos 45 minutos notamos su ausencia y notamos que dejó su bolsa, la cual dejamos guardada por si regresa y, ya que no regresó, la empresa la abre y, sorpresa, estaba llena de periódicos usados y nos dimos cuenta de que la bolsa era su gancho y dejó una cuenta impagada de 50 euros, creo recordar.

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