En esta época que estamos viviendo, donde la economía, digamos, no está tan bien como quisiéramos, aún hay empresas que creen que todos los días harán cajas. Con mesas de 50 o 60 €, visitando un local de la costa de Melenara entro y pido un café y en una mesa está sentada la propietaria con el local vacío. Soy observador cuando entro en locales de hostelería, ya que ha sido mi oficio durante 35 años, y veo que hay barra y, ¡cómo no!, cafetera. Pido un café, a lo cual la respuesta de la propietaria, con un tono un poco contundente, dice: "Esto es un restaurante, no una cafetería", y me dice: "Para café hay abajo", cosa que me chocó. Pienso que un café a un cliente se puede convertir en una mesa cuantiosa en un futuro. Así está echando a un posible cliente que podría regresar con familia o amigos a visitarles. Al cliente hay que tratarlo como es debido, ya que no estamos en época de despreciar lo mínimo que entre en una caja. Doy este punto de vista ya que mi experiencia me ha enseñado a apreciar a un cliente hasta por un vaso de agua. Al cliente no se debe admirar por la cantidad que paga sino por la visita a su local, ya que ese es el mejor reclamo para sus futuras ventas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario