Primeras declaraciones de la autora del libro biográfico que acabó con la imagen mítica de Juan Carlos I

Mil y una conjeturas fueron formuladas en el curso de los primeros años del presente milenio en torno a la autoría del libro “Un rey golpe a golpe”, una biografía  sobre la vida y hazañas políticas y mercantiles del ex monarca español  Juan Carlos Borbón. La autoría del libro pertenecía, según figuraba en su portada, a una tal Patricia Sverlo, alguien de la que nadie tenía  la más mínima noticia. Rápidamente circuló el rumor – al menos entre la gente en la que nos movíamos entonces  – que no se trataba de un autora, sino de una autor, y que este no era otro que el abogado  García Trevijano, que había conocido durante su juventud al monarca. Pero la verdad es que no solo fue García Trevijano el que cargó con la hipotética  autoría de un libro entonces maldito.  También Pepe Rei, un excelente periodista de investigación gallego,  sañudamente perseguido  por la policía y por los grandes medios de comunicación, fue para  el imaginario colectivo  el autor de aquella devastadora biografía.

     

El libro fue publicado por la desaparecida editorial vasca Ardi Beltza, que dirigía  el propio Pepe Rei. Se trataba de una editorial valiente que intentaba sacar adelante, con

REBECA QUINTANS, EN LA ACTUALIDAD

innumerables dificultades, una línea abiertamente rupturista con el régimen político nacido de la Constitución monárquica  de 1978. Ardi Beltza fue, por cierto, clausurada a cal y canto por el hoy ex juez Baltasar Garzón, ese mismo ex magistrado que pese a su siniestro historial no faltan progres de la izquierda farniente a los que se les abren  los esfínteres de placer cuando oyen mencionar su nombre.

      Pero este martes, por fin, la verdadera autora de la biografía del monarca recién abdicado ha abandonado la hermética clandestinidad a la que se sometió a sí misma durante catorce años, y ha contado los rocambolescos lances por los que ella  y su editor tuvieron que pasar para que el libro viera la luz y pudiera llegar a sus lectores. En una entrevista publicada en un digital madrileño, Rebeca  Quintans, que así se llama la periodista investigadora que hizo trizas la figura de un monarca que durante décadas había sido presentado como "ejemplar" ante la sociedad española,  se dio a conocer como autora del libro "Un Rey golpe a golpe"

 "Todo era muy clandestino. – declaró  Rebeca Quintans -  Tomábamos muchísimas medidas de seguridad. Yo sólo hablaba con Pepe Rei. Cuando iba a la redacción de Orereta, nadie sabía quién era y qué estaba haciendo allí exactamente”. Formalmente, ante los demás, Rebeca  era una colaboradora madrileña  que se acercaba a la redacción para contactar con Pepe Rei" .

      “Para hablar del libro – cuenta Quintans - salíamos de la redacción Pepe y yo, le quitábamos la batería a los teléfonos móviles, y charlábamos paseando por la Concha, Hondarribia, o nos íbamos al Jaizkibel, que era un sitio favorito de Pepe. No sé quién estaba al corriente en la redacción de que era yo la que estaba trabajando en el libro sobre el monarca. Yo tampoco sabía quién estaba en el ajo y quién no. Todo estaba compartimentado. Un proyecto, ya digo, muy clandestino, sobre el que no había que preguntar demasiado. Yo no preguntaba nada que no creyera que tenía que saber. Pero si hago memoria, de estas cosas que oyes sin querer, aunque hace mucho tiempo y no puedo estar segura del todo, creo que se imprimían en Portugal, a muy buen precio, por cierto".

      Pero la editoria Ardi Beltza no solo mantuvo una red de conexión clandestina para blindar la elaboración de la biografía del hombre más protegido de todo el Estado español. Tuvo igualmente que diseñar toda una estrategia que facilitara el lanzamiento de un libro que iba a tropezar con todo un ejército de personas e instituciones que tratarían de impedir  su salida a la calle

          "Hubo que sacar antes otros títulos, bastante inocuos, como por ejemplo "Gran Hermano", para que la distribuidora pudiera introducir la editorial en los grandes mercados, hasta en las grandes superficies. La operación funcionó bastante bien. Después, cuando lo creíamos todo resuelto, aún nos encontramos con bastantes problemas. El Corte Inglés, que había vendido miles de ejemplares de Gran Hermano, se negaba en rotundo a distribuir este título. Pero sí funcionó en otras librerías más pequeñas y algunas grandes. No estaba en los escaparates, desde luego, pero estaba. En Madrid lo tenían hasta en La Casa del Libro, una de las mayores librerías  de la capital del estado. Es cierto que lo tenían   debajo de la mesa, pero lo tenían. Y como no se vendía mal, hacían pedidos frecuentes a la distribuidora. Algunos libreros nos contaron que había quien lo pedía en voz baja, como con miedo o vergüenza". 

LOS DÍAS DORADOS DE LA MONARQUÍA BÓRBONICA

        La fecha  en la que “Un rey golpe a golpe” se publicó fue de las más adversas para que el libro pudiera  encontrar líneas libres para su venta. Su salida a la calle se produjo en el  momento de mayor  auge de la monarquía borbónica. Bajo los efectos mágicos de la burbuja inmobiliaria,  amplios sectores de la sociedad española se encontraban encandilados por el inesperado relumbrón de una ficticia prosperidad.

         “Eran años en los que cerraban publicaciones constantemente, pero se abrían otras... Los momentos de lanzamiento de una publicación siempre eran mejores para publicar. Se podían "colar" más temas. En las redacciones de la prensa convencional, como Interviu, el periodismo daba sus últimos coletazos. A los periodistas de toda la vida -como Gómez Parra y Andrés Sánchez - no les dejaban apenas trabajar, no podían hacer temas serios, estaban deseando librarse de ellos... Cuando Pepe Rei montó Ardi Beltza fue como una bocanada de aire fresco. Nos pidió a los que estábamos en Madrid que le pasásemos temas que no nos hubieran querido publicar por cuestiones políticas o político-económicas. Y había un montón". 

PERSECUCIÓN CONTRA EL PERIODISMO RUPTURISTA

         El periodista Pepe Rei  había dado sus primeros pasos en el periodismo de investigación sacando a flote los entresijos del famoso "caso Redondela" en su Galicia natal. Más tarde, dada la etapa, pasaría de  trabajar en la prensa del movimiento a colaborar con el equipo de investigación de Interviú.  Luego empezó a trabajar para el periódico vasco Egin. Y ahí  fue cuando sucedió la repanocha. La prensa  del sistema empezó a acusar a Pepe Rei  de colaborar con ETA por sacar a flote  las corruptelas de determinados personajes de la vida política y social vasca.

        Rebeca Quintans dice que prácticamente no se  podía colaborar abiertamente con ningún medio vasco. La presión era simplemente terrible. “Te criminalizaban y te quedabas sin poder trabajar. No se podía colaborar abiertamente con ningún medio vasco. Había muchísima presión. Si yo hubiera firmado, no ya el libro, sino cualquier colaboración en la publicación de Pepe Rei, no habría vuelto a publicar en Madrid. …  Cuando Pepe Rei venía a Madrid evitaba pasearse por la calle con nadie. Madrid no era seguro. Hubo unas campañas muy agresivas. Muchos periodistas lo sufrieron, porque se les ocurrió publicar algo en el periódico vasco Gara, o porque sacaron un tema de presos políticos, o porque salieron en la tele en algún acto por la libertad de expresión... . Fue una etapa muy fea".

 COMO SE CONSTRUYÓ EL LIBRO   

      Muchos lectores de “Un rey golpe a golpe” se han preguntado a lo largo de este tiempo cómo pudo su anónima autora acceder a tantos datos en relación con la vida del Borbón. "Yo acababa de terminar una tesis doctoral sobre los discursos del rey en la prensa y tenía mucha documentación que no había podido utilizar… Había mucho trabajo de hemeroteca y bibliográfico, y eso fue el punto de partida del libro. Casi toda la información estaba ahí, solo había que cogerla. Y leer entre líneas, ir a las fuentes - sentencias, documentos oficiales..-  para tener una información más veraz, confirmar con los testigos directos..."

      Algunos periodistas  habían investigado  obscuros  episodios de la hasta entonces desconocida biografía del monarca. Pero no habían podido publicar todo lo que sabían y le pasaron la información a Rebeca Quintans.

      “Pepe Rei, cuando me encomendó la tarea, me facilitó todos los contactos de que disponía... y tenía muchos. Pepe Rei era un genio convenciendo a los juguetes rotos de la Santa Transición de que lo mejor que podían hacer en la vida era contárselo todo a él. Los abducía. Y me puso en bandeja muchísimas entrevistas. Había que cribar, eso sí: algunos contaban historias muy peregrinas, otras que era imposible contrastar o confirmar... Pero las fuentes más fructíferas sirvieron sobre todo para distinguir el grano de la paja e ir quedándome con lo importante, con la información buena. Estuve meses trabajando en exclusiva para el libro“.

"EN LA ACTUALIDAD NO HAY PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN"

        Quintans es escéptica en relación con el momento actual del periodismo de investigación. "Yo creo que ahora mismo no hay periodismo de investigación propiamente dicho. En los grandes medios lo que hay es periodismo de "filtración", que es muy diferente. Para el periodismo libre lo que pasa es que todo ha cambiado muchísimo, está pasando por una evolución que todavía no ha terminado. Internet, las redes sociales, las publicaciones digitales, están abriendo muchas posibilidades".