QUE SON LOS CIELOS VELAZQUEÑOS
Con esta expresión
identificamos el tipo de cielo que pintó Diego Velázquez, propio de Madrid y su provincia, enmarañado
y rico en matices, con tonos grisáceos y gran variedad de formas y géneros de nubes, como
cirrostratos y altoestratos. Están en La Rendición de Breda (más conocido como Las
Lanzas)
y en muchos retratos ecuestres de la realeza, como el de Felipe IV (1634) o el
del Príncipe Baltasar Carlos (1635).
Algunos expertos
alegan una causa económica para que Velázquez pintara los cielos con abundantes
tonos grises, ya que el polvo de lapislázuli con el que se obtenía
el color azul celeste era muy caro y había que racionarlo. Por tanto resultaba
más asequible "nublar" los fondos.
Pero hubo otra razón.
Aunque en el siglo XVII se vivió la Pequeña Edad de Hielo,
con muchos días gélidos, secos y despejados, el meteorólogo Inocencio Font dice
en Historia del clima en España que en la cuarta década del siglo, justo cuando el pintor
hizo los citados cuadros, las bajas temperaturas no fueron tan frecuentes ni
los inviernos muy fríos. Esa templanza aumentaría la nubosidad en el cielo de
Madrid –y en la obra velazqueña–.
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