Esta expresión no viene por la ausencia de una tía, nos habla de un ungüento que era
utilizado para las infecciones oculares. Este medicamento se llamaba Atutía o tutía estaba
hecho del hollín que se sacaba de las chimeneas después de la fundición del cobre.
Básicamente era óxido de cinc y era un antiséptico que iba muy bien para curar cualquier
infección, preferentemente ocular.
Cuando hubo escasez de este producto y en las boticas para abreviar se decía “No hay
tutía”. Que hacia referencia a que no había ese medicamento.
Con el paso del tiempo se acuño ésta palabra para expresar que algo no tenía solución, no
tenía remedio.
María Sánchez.
Fuente de información Google.
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