Marisol Ayala
Dicen que nadie como Paco mima los huesos mal
amañados, esos que a veces se enfadan y duelen. No hay dolencia ósea que
Francisco Sosa Alemán no sea capaz de reconducir de la mano de los
traumatólogos, sus cómplices.
Mide con precisión prótesis, botas para pies planos o
calzas para corregir alguna cojera y tantas otras que prueba mil veces
en el paciente «que para los huesos no hay regla fija”. Todo lo que sabe
del mundo de la ortopedia lo aprendió de médicos que son historia de la
ortopedia en Canarias y que veían a un niñato revolotear entre yesos y
vendajes. Debe ser que alguno se dio cuenta de dos cosas. Primero, que
Paquito no era bobo y que tenía que ayudar en casa. Hace unos meses
recuperé a Paco en su gabinete de Venegas. Un traumatólogo aconsejó una
consulta con él sin yo saber quién era. Para mí traumatólogo, el mejor.
Desde luego si para ajustar huesos es tan bueno como para recordar, es
un lince. En el encuentro que tuvimos fue tan efusivo que tuve la
impresión de que algo nos unía. Entonces Paco contó que cuando la
sanidad canaria no tenía las transferencias las pasó canutas. Madrid
pagaba tarde sus trabajos ortopédicos lo que ponía en peligro su
consulta y lo denunciamos en estas páginas.
Salió del bache y llegó hasta aquí.
fuente: https://marisolayalablog.wordpress.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario