Mary Almenara
Recuerdo escuchar esta frase desde pequeña a las personas mayores,
sobre todo a las mujeres, quienes se percataban de las cosas que ocurrían a su
alrededor sin que nada escapase a ese instinto observador que nos caracteriza.
Solían emplearla cuando se conocía la situación económica del vecino o
familiar al que las cosas se le habían torcido y no para bien precisamente.
El pago solía ser en especie y la cantidad dependía de lo buena o mala
que fuera la cosecha. Entre las personas que acudían a ayudar, las había que
pasaban verdaderos apuros para llegar a final de mes, por lo que las mujeres,
sabedoras de la situación decían “ vienen a desgranar por los carozos” Para una niña de mi edad esto no tenía
sentido, así que preguntaba a los mayores quienes me explicaban que esas
personas no tenían dinero para comprar petróleo, por lo que cocinaban a leña y
el carozo le servia para hacer el fuego con el que cocinar.
Todo esto me vino al pensamiento escuchando la radio, donde se hablaba
de la cantidad de personas que están malviviendo con una mísera paga no
contributiva, que apenas les da para comer, máxime si tienen hijos/as, familias
que no pueden pagar una casa y son desahuciadas y tiradas a la calle como agua
sucia.
Triste es escuchar y ver a una familia con sus pertenencias en la
calle, por no tener dinero con el que pagar un alquiler, pues lo poco que les
dan apenas les llegan para comer cada día mientras que un concejal gana 3000 €
mensuales, esto sin hablar de los sueldos de ministros, senadores, o
presidentes quienes para más Inri se embolsan el gran sueldazo cuando dejan el
sillón presidencial.
Quizás sea esta y no otra la razón por la que están saliendo partidos
políticos hasta de debajo de las piedras, muchos de los cuales poco o nada les
importa el ciudadano pues lo demuestran en cualquier lugar donde se reúnen con
sus seguidores donde poco interés muestran por ayuda o intentar ayudar a los
posibles votantes.
Sus mítines causan verdadera vergüenza ajena cuando se les escucha criticar,
menospreciar e insultar al contrario todo un rosario de mentiras y falsas
promesas que nunca cumplirán.
Lo peor de todo esto, estimado lector, es que después de las elecciones
seguiremos teniendo más pobres y, estos, no pueden ir a desgranar por el carozo
con el que hacer fuego para calentar un poco de leche a un hijo o hija,
entre otros motivos, porque las manos humanas han sido sustituidas por
las máquinas
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