Mary Almenara
Hay personas que a estas alturas aún se preguntan el
porqué se dedica un día a las mujeres. Lo que más sorprende es que esta
pregunta se la hagan algunas mujeres, llegando a cuestionarse si realmente hay
motivos para ello.
No se si es que ellas viven en un mundo, donde
hombres y mujeres, están equiparados de igual modo entiéndase; derechos, igual
en el sueldo para unos y otros, igualdad en el terreno laboral, mismo respeto
en su vida privada etc.
La brecha salarial en España es del 14,2%, triplicando la de otros países como, Luxemburgo, Rumania e Italia, lo que supone que la mujer trabaja gratis si lo comparamos con el salario del hombre. ¿Injusto no?
Desde muchos años atrás las mujeres luchamos por
adquirir los mismos derechos que los hombres. Sufrimos discriminación en
cualquier campo donde tengamos que competir, ya sea trabajo o relaciones
sociales.
Hemos sido
discriminadas para los estudios, recuérdese a Concepción Arenal, quien se vio
obligada a vestir de hombre para asistir, como oyente, en la universidad. A
ella le siguió Federica Montesala, primera mujer que pudo estudiar en una
universidad. Este privilegio era exclusivo del varón quien podía escoger la
carrera que fuera de su agrado.
Luchamos
continuamente por vernos equiparadas al hombre da igual que sea en el terreno
laboral, el jurídico o el social. Aún en pleno siglo XXI nos cuesta creer que
se establezcan diferencias en una exposición de pintura entre una mujer y un
hombre. Para la primera se establecen unos precios más bajos que para el
segundo, rayando en la desfachatez de negar que la autora es una mujer.
Pero,
desgraciadamente, somos relegadas a un segundo lugar en cualquier trabajo al
que aspiramos o, directamente, somos anuladas sin darnos opción a demostrar
nuestras cualidades. Nos vemos forzadas a demostrar continuamente que somos tan
capaces como cualquier hombre para desempeñar este o aquel cargo que se nos
encomiende.
Cierto es que hoy hemos ido ganando terreno, no al
hombre como ser, sino al sistema que nos ha relegado a un segundo o tercer
lugar. Hasta el siglo pasado, una mujer no podía dar su nombre a cualquier
invento que saliera de su cabeza y sus manos, estaba obligada a registrarlo a
nombre del marido o, en su defecto, al de un hombre de la familia.
Para aquellas personas que piensan que esta
celebración es una moda de las feministas, les dejaré algunas fechas que datan
de muchos años atrás.
El 8 de marzo de 1875, cientos de mujeres
trabajadoras de una fábrica de textiles de Nueva York marcharon por las calles
contra los bajos salarios, menos de la mitad de lo que cobraban los hombres.
Esa jornada acabó con la vida de 120 mujeres debido a las brutales cargas
policiales. Este hecho motivó que las trabajadoras fundaran el primer sindicato
femenino.
Pero fue en 1909 cuando se celebró el primer día de
la mujer. Como pueden ver ha llovido mucho desde entonces y, aún, nos queda
mucho por lo que luchar, por lo que hacernos oír pues no estamos luchando solo
por nosotras sino, por todas las mujeres que vienen detrás, como lucharon
aquellas que perdieron su vida por hacer prevalecer sus derechos.
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