María Sánchez.
Sobre
gustos no hay nada escrito y hay gustos que merecen palos. Esto es lo que reza
un refrán. Pero en cuestión de gustos sexuales el asunto parece no tener
término medio.
Tenemos,
por ejemplo, las tiendas de Sex-Shop, para poner en práctica estas fantasías.
Son cada vez más visitadas por parejas, que quieren dar a sus relaciones
sexuales, un giro de 180grados. Por aquello de hacer más ameno lo del “sábado,
sábadete…”
En
la actualidad no es extraño ver a una mujer frecuentar este tipo de
establecimiento sin que, por ello, sea menos preciada o criticada. Para rato
podía hacerlo 40años atrás, menos bonita le decían de todo, solo la visita de
los hombres se veía de lo más natural. También los hay que en esto de las
fantasías sexuales se pasan tres pueblos y la mitad del cuarto.
Siempre ha existido la leyenda de que aquellos
jóvenes que vivían y crecían en el campo y rodeados de animales, habían tenido
su primera experiencia sexual con alguna de las hembras del ganado.
Tanto creció esta leyenda, que llegó a correr como
la pólvora la historia del muchacho que al partir para el cuartel le dijo a su
madre “Cuide lo que tenga la vaca porque es hijo mío”
Ni los cuentos de las mil y una noche habrá uno que
pueda superar tal locura.
Científicamente está probado que esto es imposible
ya que hay incompatibilidad entre los cromosomas, añadido a que el P.H femenino
no podría resistir un espermatozoide que no fuera humano.
Pero para rarezas y fantasías sexuales las de un mecánico
británico que prefiere como pareja sexual un coche, pero no uno cualquiera,
puestos a hacer el tonto hay que hacerlo por todo lo alto y para sus locuras
elegía desde un Peugeot, BMW o un Jaguar.
En su defensa alega que a muchos les gustan los
pechos de una mujer, pero él prefiere una carrocería “curvilínea” Ha tenido
tres “parejas” estables; un Peugeot, un BMW y un Jaguar. Y, relaciones
esporádicas con dos botes y un jet skin.
Hay cada loco suelto que Dios nos libre y guarde,
que decía mi madre.
María Sánchez.
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