Esta frase no proviene del aburrimiento del molusco pues este vive feliz y
contento. Llega del vocabulario “Ostrakon” Esto era una especie de
concha de cerámica donde se escribía el nombre de aquellos individuos
que eran condenados al ostracismo o destierro.
Este castigo los condenaba a vivir lejos de la familia y en la soledad más
absoluta, es decir al aburrimiento.
Mari Almenara
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