Confieso que poco o nada se de esta religión. Conocí algo de ella el pasado lunes al acompañar a mi nieta a una de las reuniones que tuvo lugar ese día. Lo que presencie, a groso modo, no dejó, como mínimo de sorprenderme, Escuchar hablar a una pareja joven que en ese momento lideraban el pequeño grupo de niñas, pues tienen entre catorce y quince años.
En este caso, la charla estaba enfocada a ayudar a las adolescentes a conocerse más, socializarse, sacar fuera sus complejos y sus miedos, en fin animarlas a empoderarse como personas.
Hasta aquí me pareció todo normal pero, deseo dejar claro, que en ningún momento pretendo que esta pequeña experiencia sea un referente para cualquier persona que lea este artículo.
Cuando no conocemos bien un tema, lo mejor es informarnos, máxime si tenemos a un ser querido que comienza a frecuentar estos grupos.
Queriendo tener un conocimiento mayor entré en Google y esto es lo que encontré.
Este movimiento o religión se instituyo en Irán a mediados del siglo XIX como consecuencia de la predicación de su fundador, Bahá’ulláh, en 1817.
Esta fe, como es conocida entre sus seguidores es una religión monoteísta, cuyos fieles siguen las enseñanzas de su fundador a quien consideran la Manifestación de Dios (profeta)
Los principios centrales de la fe Bahaí se resumen en tres unidades: la unidad de Dios, la unidad de la humanidad y la unidad de la religión como una serie de revelaciones sucesivas. La fe Bahaí está establecida en 247 países.
Los Bahaí promueven de forma activa asuntos que tengan que ver con la justicia social. También participan en el concepto de unidad de la humanidad como patrón de sus actos. La fe Bahaí participa cada vez más en proyectos de desarrollo económico y social por todo el mundo.
Fuentes de notas. Google.
Mary Almenara.
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