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miércoles, 6 de febrero de 2019

La Reina Verde



OPINIÓN
 Dado que para algunas y algunos la vida política en Telde se ha convertido en un cuento de las Mil y una Noches, permítanme hoy, desde mi condición de vecino, la licencia de contarles un cuento.

En unas lejanas islas, existía un Reino de Taifas, que fue gobernado durante muchos lustros por un tirano tratando de ensalzar su imagen endeudando al pueblo. El pueblo cansado de las políticas sectarias del Tirano, lo destronó y nombró rey al Príncipe Azul.

Los miembros de la corte del Príncipe Azul se hartaron de robar al pueblo, incluso compraron fincas inútiles al doble del precio real. El Príncipe Azul fue declarado inocente, de como, con el dinero destinado a dar empleo al pueblo, la Dama Azul compraba un aire acondicionado y una barandilla de acero inoxidable para el nuevo palacio. El Príncipe era un inocente, pese a que su firma y la de la Dama Azul, iban juntas en el documento de pago.

La Dama Azul se convirtió en reina, regalando un gobierno de mentiras, subida de impuestos y eliminando los servicios al pueblo. Los carros rompían sus ejes en los caminos, la basura llenaban las calles, colegios y jardines se abandonaban y los menos favorecidos no podías pagar la luz ni los alimentos, sin que el Gobierno de la Reina Azul modificara su política económica que iba a pagar la época del derroche.

Entre tanto derroche y mala gestión, el Tirano nombró sucesora a la Princesa Verde. Esta empeño su palabra en que “Sembrando Juntxs”, había “Soluciones”. El reino volvería a ser lo que fue: un reino del deporte, donde los niños de tuvieran guarderías para que sus padres y madres pudieran trabajar. Ella misma iba atender al pueblo las 24 horas del día. Criticó los recortes de la Reina Azul y culpaba de la gran deuda, al robo del aire acondicionado y la barandilla, sin tener en cuenta el gobierno del Tirano, que soñó en un reino a la “Altura de la estatura humana”.

Muchos Príncipes le compraron sus promesas, apostaron por ella y prestaron sus votos para que fuese la reina, pese a que estos habían dicho al pueblo que ellos eran mejores reyes.

El Príncipe Rojo y el Príncipe Rojiazul, gobernaron con la Reina Verde. Uno planeo pavimentar en cuatro años los caminos que llevaban 10 años sin repararse, para ello pidió dinero al “Matacabras”. El otro príncipe intento reorganizar su ministerio y realizar un plan para pagar las sentencias, mientras perseguía los pagos a los amigos que había realizado la Reina azul.

La Reina Verde trato de cortar las manos, primero al Príncipe Rojiazul, y luego al Príncipe Rojo, por lo que ambos la abandonaron. La Reina Verde, cayó en brazos de los lacayos de la Reina azul, pese a que alguna iba por las esquinas tratándola de “fascista”.

Pronto la personalidad “arrolladora” de la Reina Verde se olvido del pueblo y sus problemas. Solo recibía a los comerciantes y la burguesía. Siguió aplicando los impuestos abusivos de la Reina Azul, sin mejorar los servicios. Ni siquiera cubría las plazas vacantes en la Guardia Real, por lo que los forajidos campaban a sus anchas por el reino, quemando carros y contenedores.

Mientras las guarderías siguen cerradas, y los servicios siguen como los dejo la Reina Azul, la Reina Verde presume ,como en un cuento de hadas, de su gestión económica, basada en robar al pueblo, mientras este pasa hambre. Embargando cuentas y salarios al que no puede pagar. El cuento de la Reina Verde finaliza prometiendo que el próximo año todo ira mejor, por supuesto bajo su reinado.

Si no le ha gustado mi cuento o sigue creyendo en los cuentos de hadas, tiene la posibilidad de seguir viviendo el cuento de Mil y una Noches de la Reina Verde, votando a Doña. Carmen Hdez. en las elecciones del próximo mayo.

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