En los últimos años hemos notado un evidente déficit técnico en los pequeños y jóvenes futbolistas ¿A qué se debe?
Aunque suene simplista culpar únicamente a la disminución de la actividad física deportiva o recreativa que están teniendo los niños y niñas actualmente, cada vez tengo más claro que la forma de revertir esta situación con juego, es jugando más. Pasando más tiempo jugando evitando la sobreprotección desmesurada y socializando más físicamente que virtualmente.
Los niños no requieren entrenamientos personalizados lo que ellos requieren son actividades lúdicas y juego precisamente, esto los dotará de un adecuado y óptimo desarrollo físico, técnico, táctico y psicológico que les dará más probabilidades de convertirse en futbolista profesional en un futuro. Precisamente hablo de la etapa sensible de la infancia.
Nuestros tiempos han cambiado demasiado rápido y esto se debe a horarios de clases extraescolares, inglés, informática, videojuegos y distracciones creando niños sedentarios y estresados a lo que se les conoce como niños de departamento. Además, que la mayoría de los niños ya ni siquiera van caminando al colegio ahora se les lleva y se les recoge.
Cómo no revivir aquellos tiempos que jugábamos al fútbol en la calle, lugar donde además del mejorar los aspectos técnicos y físicos de forma natural se moldeaba la personalidad de los niños. Solamente jugando desarrollábamos destrezas, agilidad y capacidades imprescindibles para jugar al fútbol. Los niños de hoy pasan horas aislados detrás de una tablet, celular y videojuegos.
los niños de antes experimentaban mucho contacto con actividades lúdicas no sólo relacionadas con el fútbol, sino también de actividades deportivas compuestas por acciones psicomotrices. Claro que los niños de antes jugaban al fútbol en el recreo del colegio, a la salida del colegio y después asistían a su entrenamiento con su equipo y luego salían nuevamente a jugar con los amigos del barrio dónde adquirían una diversidad de estímulos físico motrices y cognitivos que les proporcionaba independencia mental y autonomía para tomar decisiones correctas en el juego y aprendían por sí solos a resolver problemas y acciones del fútbol.
Todo esto provocaba que los chicos tuvieran una comprensión y entendimiento del juego más profundo e integral además de un importante desarrollo en los aspectos psicológicos y emocionales. No tengo ni la menor duda que la única solución en el fútbol infantil es una metodología orientada al juego y saber llevar el fútbol de la calle al entrenamiento organizado, no quiero ser atrevido pero si le devolvemos el juego a los niños, el juego nos devolverá futbolistas.
Omar Hernández Especialista en Fútbol Base
FUENTE: Omar Hernández – Director Técnico Profesional de Fútbol
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