Esta enfermedad ha venido a formar parte de nuestras vidas y lo hace casi a hurtadillas, poco a poco, socarronamente hasta apropiarse despiadadamente de la vida y la voluntad de la persona afectada hasta convertirla en un pelele, un ser muerto en vida.
La persona comienza olvidando las cosas del día a día para pasar a solo recordar lo pasado, repetir reiteradamente la misma pregunta una y otra vez hasta que llega el momento fatal donde ya no saben cómo se llaman.
Es la familia con la que convive la que empieza a notar algo raro pero, desgraciadamente, le cuesta aceptarlo acusando en ocasiones al enfermo de distraído o despistado, mientras la enfermedad sigue su curso llevándose consigo a una personas que antes había sido inteligente, independiente y capaz de regir su propia vida.
Llegado el momento del total deterioro es la familia más cercana la que empieza a sufrir un verdadero calvario pues el enfermo requiere atención las veinticuatro horas y por tiempo indefinido ya que hablamos de de una enfermedad de larga. Duración.
Se suele escuchar en tono jocoso de que a tal o cual persona la ha venido a visitar el primo alemán. Personalmente me molesta que se tome a broma una enfermedad que tanto daño hace y tanto hace sufrir.
Por si a usted se le olvidan las cosas le tranquilizo diciendole que mientras sepa lo que busca es solo un olvido por la edad. La persona afectada busca y busca pero sin saber qué.
Mary Almenara.
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