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Mary Almenara.
El mundo piensa, unánimemente, que el coronavirus ha destrozado nuestra vida llevándose con él a algún familiar o amigos amén de la ruina tan grandiosa que nos espera.
Dicen también que tras esta desgracia existe una lección que todos debemos
aprender, aprenderemos a ser más humanos, a querer más al prójimo, a respetarnos
más y envidiarnos menos. Estas y muchas virtudes nos quedará como aprendizaje tras
el paso de esta pandemia.
Unos, por ideologías políticas que les ciega más allá de la razón, otros
porque sencillamente parecen ser felices haciendo daño por pura egolatría, han
llenado las redes de gran cantidad de falsas noticias enmascaradas de tal
manera que, a simple vista y a vuela pluma, nos las creemos a pie juntillas.
Muchos de estos bulos nos llegaban a través de wuasap, desde el que nos
aconsejaba comer ajos a mansalva para librarnos del coronavirus hasta el que
aseveraba que el virus se instala en la garganta y, para matarlo, hiciéramos gárgaras
con agua, sal y vinagre, o aquel que nos instaba a consumir un determinado
complemento alimenticio porque era la gran panacea.
Sin embargo, considero que los más dañinos y los más cargados de mala intención
son los que aparecen en diferentes periódicos por llegarnos de la mano de profesionales
del periodismo. Esto ha hecho que, a mí personalmente, me han decepcionado de
tal manera que poco a poco voy perdiendo la confianza en la gran mayoría.
Parece salido de una película de Al Capone la cantidad de tramas y supuestas
mentiras que se vierten en las páginas, con el único fin de hacer daño al
partido al que no se es afín.
Nos contaron que el gobierno había prohibido divulgar más de cinco mensajes
por wuasap. Cierto es que los mensajes están controlados, pero no por el gobierno
sino por la propia compañía y a nivel mundial para evitar hacer virales muchos
videos que, además, eran falsos. Esto tiene otra parte buena, desde mi punto de
vista, que es el evitar que los móviles se colapsen con tanto mensaje.
Se nos dijo que entraríamos en estado de excepción en el mes marzo, falsa
noticia.
Tampoco fue cierto que se paralizó la entrega de cinco mil kilos de
mascarillas, porque en una determinada comunidad, aduanas cierra a la tres de
la tarde.
Han sido tantas y tan grandes las mentiras que nos han contado, que una
cosa unida a la otra nos mantiene en un sin vivir.
Como pueden leer, no son tantas las verdades que nos quieren vender pero,
ya lo dice el refrán, a mar revuelto ganancia de pescadores.
Por nuestra parte sigamos siendo honrados con nosotros mismos y con los
demás, quedándonos en casa.
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