Nuestras islas no solo destacan por la belleza de sus campos y playas. Ellas guardan una flora y fauna endémicas únicas de nuestras tierras. Hoy les hablaré de las tuneras y pitas, así como de la importancia que tuvieron en otra época.
También podemos disfrutar del Agave o pita común, muy usada en las islas en tiempos pasados, para delimitar los terrenos. Con sus hojas, ya secas, se elaboraban sogas para atar los fardos en los que se transportaban la hierba o hilos para coser sacos.
De ella se obtienen edulcorantes; jarabe de agave, miel y azúcar. Con las espinas, principalmente la que remata a la hoja, se fabricaban punzones o agujas.
Así un largo etcétera que haría interminable la relación de sus propiedades y del uso que se le dio.
También en nuestras islas podemos disfrutar de varios tipos de tuneras como son las del tuno blanco, el amarillo o el rojo; conocido como tuno indio.
Pero no es solo su exquisito fruto lo que nos ofrecen estas plantas, nos brindan uno de los mejores tintes naturales conocidos y que se extrae de la cochinilla.
Sería por el año 1820 cuando se introdujo en las islas desde Cádiz dando trabajo a muchos canarios que se dedicaron a la recolección y posterior venta a las fábricas de telas o cosméticos para elaborar lápiz de labio.
La cochinilla es un pequeño insecto de unos 6 milímetros, su recogida es ardua y laboriosa, ya que para obtener unos pocos gramos hay que transitar por toda la plantación para, de una en una ver las pencas, y con una pequeña cucharilla desprenderla de las tuneras.
Durante muchos años se convirtió en una fuente de trabajo para muchas familias.
Tal vez, en esta época en la que se ha regresado a lo natural, florezca de nuevo la recogida de la cochinilla.
María Sánchez.
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