Todo es de verdad en el hospital 4DHealth de Igualada (Barcelona), desde las gasas y las jeringuillas hasta la sala de quirófano. Todo es real excepto una cosa: los pacientes. Los maniquís y los actores que se pasean por los pasillos del hospital con el pijama corporativo desvelan la verdadera cara del 4DHealth: es el primer complejo sanitario simulado de Europa.
A diferencia de otros centros de simulación o de las salas de ensayo de los hospitales, el 4DHealth es capaz de recrear procesos médicos completos, desde que el paciente entra en ambulancia al box de urgencias hasta su convalecencia en una cama de planta. Con la ayuda de un fondo FEDER dotado de 1,5 millones de euros, el Ayuntamiento de Igualada apostó por rescatar del olvido el viejo hospital comarcal (estaba vacío desde 2010) y restaurar sus instalaciones para convertirlo en un gran hospital simulado. “Lo que hacemos es desarrollar escenarios de simulación para entrenar a los profesionales o para probar productos nuevos del ámbito sanitario antes de aplicarlos en la realidad”, explica Macarulla.
La sirena de una ambulancia de la Cruz Roja resuena en las paredes del 4DHealth, que mantiene el 80% de la estructura del antiguo hospital comarcal. Dos técnicos sanitarios bajan a un tal José de la camilla y entran a toda prisa en el box de urgencias mientras informan a viva voz del estado del paciente. El celador le quita la camisa y la doctora empieza a auscultarlo. El hombre se queja de fuertes molestias abdominales. Casi se le saltan las lágrimas del dolor, y las risas cuando el medidor de las constantes vitales interrumpe su discurso con incómodos pitidos. En realidad, José se llama Josep Galters, es actor de la compañía teatral Nu y no está enfermo. Forma parte del atrezo del plató. “Improvisamos bastante pero siempre tenemos un guion preescrito porque yo no sé cómo tengo que reaccionar. Vienen los profesionales de verdad y me dicen cuánto y qué me tiene que doler. Esto que hacemos es una cosa muy seria porque se está formando a la gente joven que entra en la sanidad”, explica el actor. A su lado, hace las veces de médica Esther Brugués, enfermera real en el servicio de críticos del hospital de Igualada. “Todo el mundo se lo toma muy en serio. Es muy interesante porque con esta formación refuerzas un montón la parte humana, que a veces es lo que falta”, relata.
El 4DHealth está pensado para entrenar a equipos médicos, universitarios, cuidadores no profesionales e incluso, para que empresas farmacéuticas prueben la eficacia de nuevos tratamientos dentro del entorno hospitalario. “No sólo se evalúan competencias, sino también la gestión del liderazgo y el estrés. Ponemos a prueba, en situaciones críticas diseñadas por nosotros mismos, la comunicación y el saber hacer de los equipos. Así se trabaja la línea formativa y el factor humano”, señala Macarulla.
Pero la formación y la práctica de los profesionales no se queda sólo en la propia simulación. El 4DHealth desarrolla su propia metodología y el aprendizaje va más allá del “plató”. Con cámaras, micrófonos y pinganillos agazapados por todas las esquinas del hospital, cualquier movimiento o conversación queda grabado y recogido por el equipo audiovisual que controla los mandos en la sala de realización. La estancia, llena de pantallas, micros y walkies-talkies, comunica a los evaluadores con los actores en plató. En esa sala se decide si el falso paciente tiene que quejarse, llorar de dolor o hacerse pasar por un extranjero que no habla español. También ahí se detectan los errores y aciertos de los profesionales que están entrenando en ese momento. “Hay situaciones que hacemos que no nos damos cuenta de que son errores. Eso es lo que se llama el incompetente inconsciente”, apunta el director del 4DHealth.
Tras la simulación y su evaluación paralela por parte de los expertos, los profesionales se reúnen en una sala aparte para comentar las buenas y malas prácticas durante la simulación. En una pantalla gigante, el equipo que participó en el entreno estudia, junto a los evaluadores, cómo ha ido la práctica. “Se evalúa la formación para que haya una transferencia del conocimiento del profesional a su entorno y produzca un impacto positivo en el paciente”, concluye Macarulla.
La finalidad, asegura el equipo fundador, es “desarrollar programas que innoven en procesos para mejorar la atención a los pacientes e influir en nuevos circuitos”. “Es mejor que te equivoques aquí que en la vida real. Aquí no va a pasar nada”, apostilla el cirujano.
fuente : http://esmateria.com/
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