El Departamento de Defensa de Estados Unidos (EEUU) propuso a Canarias como una de las cinco estaciones terrestres en todo el mundo para la denominada guerra espacial contra la Unión Soviética. Se trataba de albergar un sistema de vigilancia del espacio para rechazar "las amenazas a la seguridad de EEUU planteadas por los objetos soviéticos espaciales".
En uno de los documentos recientemente desclasificados por Estados Unidos, con fecha del 10 de noviembre de 1975, bajo la administración de Gerald Ford, el servicio de Defensa dirigido entonces por Donald Rumsfeld remitió un cable a España, Alemania y a las Fuerzas Aéreas americanas donde detallaba la necesidad de implantar el sistema Geodss, de vigilancia del espacio profundo con base en tierra, para rastrear objetos espaciales a 22.000 millas de distancia, "principalmente con carácter defensivo". Posicionaba a Canarias, concretamente al actual centro del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), ubicado en el Sur de Gran Canaria, como posible base para el desarrollo de este proyecto.
En el documento se exponía que si bien en España había interés por los aspectos astronómicos, existían reparos a que el uso de estos lugares por convertirse en posibles blancos de ataques contra EEUU. Finalmente, la instalación de este sistema con grandes telescopios se ubicó en Socorro, Nuevo México; en la isla Diego García, un atolón en el Océano Índico; y en Maui, Hawai. Una cuarta estación en Corea del Sur fue cerrada en 1993, al parecer debido a las pobres condiciones de observación y problemas de financiación.
En el documento desclasificado de 1975 se detalla que las bases en tierra no requerirían más de 40 hectáreas, preferentemente lejos de las áreas pobladas, ya que el trabajo se debería hacer de noche. La estructura más alta sería de 100 metros, precisa. El personal de las estaciones rondaría los 100 trabajadores, en función de si existiera apoyo cerca o si el personal fuera militar. En cualquier caso, se estimaba un presupuesto para la construcción de los centros en cada lugar de dos millones de dólares (1.450.000 euros).
En el cable desclasificado de la época de Henry Kissinger, secretario de Estado con Richard Nixon y Gerald Ford, los territorios estadounidense originalmente elegidos fueron Hawai y Nuevo México. Para la elección de los otros lugares se hablaba de factores como la facilidad de acceso, las condiciones climáticas o la receptividad del gobierno anfitrión.
En la documentación diplomática se expone que "España presenta problemas especiales" por las condiciones derivadas de la época (final de la Dictadura) y por el turismo. No obstante, desde el punto de vista técnico, se aclara que Canarias era un lugar idóneo y más en un momento en que la NASA (Agencia Espacial Estadounidense) iba a abandonar la estación espacial de seguimiento del Sur de Gran Canaria, desde donde operaba a principios de los 60 hasta mediados de 1975, y conocía por realizar misiones a la Luna. Esta estación fue transferida al INTA en ese mismo año y reabierta en 1979.
Se trataba de continuar la escalada de la conquista espacial entre EEUU y la URSS durante la Guerra Fría, un preludio de lo que posteriormente articuló en el año 1983 la Iniciativa de Defensa Estratégica, que el presidente Ronald Reagan denominó la guerra de las galaxias.
Asesorado por el propio Rumsfeld, este proyecto utilizaba también sistemas basados en tierra y en el espacio a fin de defender Estados Unidos contra un ataque nuclear con misiles intercontinentales, y que ha derivado en el programa de escudo antimisiles de George Bush cuando llegó al despacho oval en el año 2000.
fuente : http://www.laopinion.es/
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