Artículo de opinión
El Barranco Real de Telde, afectado por un creciente problema de acumulación de residuos, evidencia una respuesta deficiente por parte del Ayuntamiento de Telde. Ante la problemática planteada, la administración municipal parece delegar la responsabilidad en el Cabildo de Gran Canaria, perpetuando una situación que se extiende por meses e incluso años. Esta dinámica suscita interrogantes sobre el compromiso de la administración local con el bienestar del municipio, cuestionando si se prioriza el cumplimiento de las promesas electorales.
Si bien se han observado
eventos festivos, se echa en falta una gestión que aborde las necesidades
reales de la ciudadanía. La verdadera valía de un mandatario reside en su
capacidad para servir y mejorar el municipio. Telde, en general, presenta
deficiencias en sus barrios periféricos al casco urbano, una situación que los
ciudadanos perciben diariamente. No es suficiente argumentar que la situación
es herencia de gestiones anteriores; el gobierno actual fue elegido para mejorar
la situación y, lamentablemente, se acerca al final de su mandato sin demostrar
una determinación clara para transformar el municipio en un modelo a seguir en
áreas críticas. Es lamentable observar la proliferación de problemas en
múltiples aspectos.
(Quien se duerme, se lo lleva la corriente)
Joaquín Santana



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