Opinión.
La igualdad en la sociedad vela por el derecho de cada ciudadano independientemente de su clase social, lugar de residencia, sexo, raza o religión, de exigir el mismo trato, las mismas oportunidades y obligaciones frente a una misma situación.
Basándonos en estos términos, así tendría que ser si consideramos que todos somos iguales ante la ley, pero la verdad es bien distinta, según esta ley, que yo llamo del embudo, si usted trabaja en el ramo de la hostelería, carpintería o si está deslomándose de sol a sol en la construcción de un edificio, no pida día de asuntos propios pues no tiene derecho a ellos.
Me cuesta entender que cualquier persona que trabaje para una empresa privada no pueda disponer de esos seis días libres, no consecutivos, pero sí remunerados.
Es incomprensible que si las leyes las dictan los hombres no se tenga en cuenta a todos los sectores laborales, incomprensible que unos gocen de 30 días de vacaciones más seis días de asuntos propios, mientras otros esperan pacientemente a las vacaciones anuales.
Si a estos elegidos añadimos a maestros y profesores, apaga y vámonos ya que a esos días se le añaden las vacaciones de Navidad que no son dos días sino cinco y en carnavales más de lo mismo.
Con este fundamento no quiero que piensen que estoy en contra del trabajador que legalmente hace uso disfrute de un ley que le ampara.
Entono el mía culpa y reconozco mi ignorancia al preguntar,
¿A qué esperan los sindicatos para que un día todos puedan tener los mismos derechos?
Mary Almenara
Los sindicatos miran solo para las empresas grandes, los trabajadores de empresas pequeñan seguiremos pisoteados,la igualda siempre es buena.
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