El Equipo del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife (SEPRONA) con el apoyo de agentes de la Guardia Civil de la Unidad Central Operativa Medioambiental (UCOMA) de la Jefatura del SEPRONA en Madrid, y en colaboración con Europol, en el marco de la Operación policial BASEL-TF, ha llevado a cabo la detención e investigación de 34 personas en las islas de Tenerife y Gran Canaria por un delito continuado de traslado ilegal de grandes cantidades de residuos peligrosos a diversos países del continente africano incumpliendo la normativa comunitaria y nacional que lo regula. Además, para poder llevar a cabo este traslado ilegal de residuos, también cometían un delito de falsificación de documentos.
Los
investigados, en su mayoría de nacionalidad u origen africano, cargaban
contenedores marítimos con infinidad de artículos de segunda mano entre
los que se encontraban vehículos a motor, piezas de vehículos, enseres
domésticos y, en un gran porcentaje, aparatos eléctricos y electrónicos
usados, para su posterior exportación y venta a terceros en determinados
países de África.
Estos
aparatos eléctricos y electrónicos usados se obtenían de personas o
empresas que se deshacían de ellos por quedarse obsoletos o inservibles
siendo recogidos por los acusados en la vía pública, en las entradas de
los puntos limpios, en el rastro, y otros lugares, y posteriormente eran
cargados en contenedores marítimos, apilados unos sobre otros sin
protección o separación alguna para aprovechar al máximo el espacio.
Dada
la cantidad de países implicados, se ha contado con el apoyo de Europol
en el análisis operativo para hallar posibles relaciones con el resto
de Estados miembros y terceros países.
Falsificación de documentos
Una
mujer de nacionalidad italiana de 62 años de edad, y responsable de un
local comercial dedicado a las exportaciones de mercancías hacia África,
era la encargada de preparar y remitir toda la documentación necesaria a
una agencia de aduanas autorizada para el despacho aduanero con la
Agencia Tributaria, falsificando previamente los preceptivos
certificados de funcionamiento de los aparatos eléctricos requeridos
para así poder llevar a cabo la exportación de las mercancías obteniendo
un beneficio económico por cada operación.
Explotación de la operación
Tras
cerciorarse los agentes del SEPRONA de la Guardia Civil de la actividad
ilícita que se estaba produciendo de manera continuada y desde hacía
varios años en la isla, se llevó a cabo con mandamiento judicial un
registro exhaustivo en la oficina de la mujer italiana en la localidad
de El Fraile, término municipal de Arona, incautándose de numerosa
documentación y material informático.
Del
material intervenido se ha obtenido que, durante los años 2018 y 2019,
por parte de hasta 40 personas, se realizaron 138 traslados ilegales de
residuos peligrosos desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife a
distintos países del continente Africano, como Senegal, Ghana, Gambia,
Togo, Rep. de Benín, Guinea Conakry, Sierra Leona y, principalmente,
Nigeria, utilizando varios tipos de certificados falsificados (los
confeccionaba directamente la citada mujer como si estuviesen hechos por
terceras personas dedicadas a la reparación de electrodomésticos) que
falsamente acreditaban que los equipos eléctricos y electrónicos que se
enviaban funcionaban perfectamente.
El
total de residuos peligrosos enviados de forma ilegal en este periodo
de tiempo asciende, según la investigación, a casi 2.500.000 kgs de los
cuales, más de 750.000 kgs. han sido residuos de aparatos eléctricos y
electrónicos, destacando los monitores y pantallas CRT que suman más de
160 toneladas y las neveras con más de 145 Tm.
Residuos peligrosos para la salud humana y para el medio ambiente.
Estos
Residuos de Aparatos Eléctricos o Electrónicos (RAEE) contienen
sustancias peligrosas que, aunque son necesarias para garantizar su
funcionalidad, pueden emitirse al medio ambiente o ser perjudiciales
para la salud humana si, una vez convertidos en residuos, los aparatos
no se gestionan y tratan adecuadamente, ya que pueden contener cadmio,
mercurio, plomo, arsénico, fósforo, aceites peligrosos, y gases que
agotan la capa de ozono y que afectan al calentamiento global.
Además,
este tipo de residuos acaban en países con poca o nula legislación
sobre reciclaje o gestión de residuos, como en el caso de los citados
países africanos, y que en muchas ocasiones son tratados por niños, sin
ningún tipo de protección y que incluso manipulan los aparatos con las
manos desnudas para extraer principalmente aluminio y cobre. Los
materiales se tratan en fogatas al aire libre, liberando polvo y humos
contaminantes derivados de la quema (sobre todo de la combustión de
PVC).
En esta operación, se ha contado con la colaboración de la Subdirección General de Economía Circular del MITERD.
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