En apenas ocho días
celebraremos una de nuestras fiestas patronales o, lo que es lo mismo, celebraremos
el día de San Gregorio Taumaturgo.
A esta que escribe y
que hace tiempo peina canas, le vienen a la memoria los muchos faustos que han
pasado por mis ojos, por lo que hoy los traigo como recuerdo y que vean como vivíamos
aquellas fiestas. Para empezar era de obligado cumplimiento estrenar ropa o
zapatos. Unos u otras podían ser heredados de tu hermano o hermana mayor pero,
tú, estrenabas ese día.
Segunda condición era
ir a la misa temprano o esperar a lo que llamábamos “la función” que, en este
caso, se celebraba por la tarde ya que la procesión salía por la tarde-noche
como ocurre en la actualidad.
Partíamos de casa, dando saltos y brincos con cinco
pesetas en la mano, hasta el lugar donde estaban instalados los cochitos y las
casetas de las tómbolas con sus inolvidables “chochonas” Allí jugábamos unos
números para tentar a la suerte pero, esta nunca tentaba a los niños, solo a
los mayores que eran los que protestaban cuando, después de gastarse las cinco
pesetas, ya se ponían de mal humor y comenzaban a gritar, entonces se le daba el
número de otro taco ¡Listos que eran los de la tómbola!
Las calles olían a
castañas tostadas, almendras garrapiñadas, azúcar quemada y, como no, a
calamares asados. La música de los cochitos se hacia oír por todo el recinto
que, en aquella época a la que me remonto, se hacía en la Urbanización Mayor que
se habilitaba para tales actos poniendo picón para mitigar los resbalones que
ocasionaban las lluvias.
Sin embargo las
fiestas hoy día han dado un giro de ciento ochenta grados. Antes teníamos
verbenas que hoy han sido sustituidas por concurso de música dj’s, donde la
música hace estremecer hasta las paredes, pases de modelo o exposición de los
conocidos 4x4.
Las tómbolas con sus
chochonas han sido reemplazadas por la venta de perritos calientes y hamburguesas
o churros rellenos de crema pastelera o chocolate. Atrás quedó aquellos olores
a carne frita, churros de los de verdad y, por su puesto, los estrenos de ropa
pues hoy estrenamos casi cada día.
Lógicamente, estos
son recuerdos de una nostálgica que reconoce que los tiempos cambian como debe
ser.
Pasen todos unas
felices fiestas de San Gregorio.
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