En el día de su Exhumación, breve historia de Francisco Franco Bahamonde
José Antonio Cabrera. ASSOPRESS
Francisco Franco Bahamonde nació el 4 de diciembre de 1892 en El Ferrol (La Coruña). El 29 de agosto de 1907 ingresó en la Academia de Infantería, donde llegó a segundo teniente el 13 de julio 1910, primer teniente en 1912, capitán en 1914, y así fue ascendiendo hasta llegar a general de división en marzo de 1934.
Cuando el comandante Millán Astray fundó la Legión, lo llamó para que mandara la primera bandera en 1920. Muchos de sus servicios fueron prestados en Marruecos. Fue nombrado director de la Academia General Militar, de Zaragoza en , donde permaneció hasta que esta Academia fue clausurada en la primavera de 1931 por un decreto de Manuel Azaña (que entonces era ministro de la Guerra en el Gobierno de la II República). El 14 de mayo de 1935, fue nombrado jefe del Estado Mayor Central por José María Gil-Robles (ministro de la Guerra y jefe de la CEDA).
Tras la llegada al poder del Frente Popular en febrero de 1936, un grupo de militares planeó un levantamiento del ejército contra el Gobierno de la República; pero, en cuanto llegó Azaña a la presidencia de la República el 10 de mayo de ese mismo año, alejó de Madrid a ciertos generales sospechosos, entre los cuales estaba Francisco Franco, que fue enviado a Canarias; mas el plan, para el levantamiento militar, ya estaba trazado. El orden público fue de mal en peor: saqueos, incendios, asesinatos, etc.; el teniente José del Castillo fue asesinado el día 12 de julio de 1936, y José Calvo Sotelo al día siguiente; pero, desde el día 11, ya estaba esperando a Franco, en Las Palmas, un avión civil inglés, el Dragón Rapide (pilotado por el capitán Bebb).
Por
fin, comenzó el levantamiento militar el día 17 en la Comisión de
Límites, de Melilla, y en el Cuartel de la Montaña del Regimiento de
Artillería a Caballo número 36, en Carabanchel, Madrid, mandado por el
general Fanjul; pero aquí fracasó el levantamiento; el cuartel fue
rodeado, desde el comienzo del día 20, por los milicianos que disparaban
contra él por todas partes, mientras que la aviación republicana de
Cuatro Vientos lo bombardeo durante mas de quince horas, hasta que la
resistencia fue sofocada; entonces penetraron entre las ruinas los
Oficiales republicanos y los guardias de asalto, y detuvieron, entre
otros, a los generales Fanjul y Fernández Quintana.
El día 17 de julio de 1936, Franco salió de Santa Cruz de Tenerife y llegó a las Palmas. El día 18, el ejército se sublevó contra el Gobierno de la República en varios puntos de la Península: el general Mola en Navarra, Queipo de Llano en Sevilla, Cabanellas en Zaragoza, etc. El general Franco salió en este día de Las Palmas en el Dragón Rapide e hizo escala en Casa Blanca; el día 19, continuó su vuelo hasta Tetuán, donde tomó el mando de las tropas de África (la Legión y los Regulares); en esta fecha, el general Goded, gobernador militar de Mallorca, llegó a Barcelona, para ponerse al frente del ejército sublevado en la Ciudad Condal; pero, por causa de llegar con retraso, fue detenido (después lo fusilaron el 12 de agosto de ese mismo año), con lo cual se frustró la sublevación en Barcelona; en este mismo día 19, salieron tropas sublevadas desde Pamplona para entrar en Madrid, lo cual no pudieron conseguir; por tanto, la sublevación fracasó en las dos ciudades más importantes: Madrid y Barcelona; pero, en este día, la guerra civil ya estaba entablada entre sublevados y republicanos.
El general Franco cruzó el Estrecho de Gibraltar con su ejército el 6 de agosto siguiente y controló la Baja Andalucía y enseguida también Badajoz; así que, en la primera quincena de agosto, quedó repartido el territorio español entre republicanos y sublevados, éstos controlaban las siguientes capitales de provincia: Cádiz, Huelva, Sevilla, Granada Córdoba, Badajoz, Cáceres, Avila, Salamanca, Zamora, Orense, Pontevedra, Lugo, La Coruña, León, Palencia, Valladolid, Segovia, Burgos, Vitoria, Pamplona, Logroño, Soria, Huesca, Zaragoza, Teruel, Palma de Mallorca, las islas Canarias y todos los territorios españoles en Africa; el resto territorio español quedó bajo el control del Gobierno de la República, que entregó armas a las organizaciones sindicales y a las masas populares; pero sólo le quedó un 20 % de los mandos militares (una parte de ellos se pasó a la zona de los sublevados).
El general Sanjurjo, jefe del ejército sublevado, murió en un accidente de aviación (algunos piensan que fue un atentado) en los mismos inicios de la contienda, el 20 de julio de 1936; por lo que los jefes del ejército sublevado, reunidos en Burgos, nombraron a Franco “Generalísimo y Jefe del Estado”, nombramiento publicado en el Boletín Oficial del Estado el 20 de septiembre de ese mismo año. Así asumió, el general Franco, la dirección de la guerra y del gobierno en la zona controlada por su ejército; ésta se fue ampliando hasta que controló todo el territorio de España.
Tomó la ciudad de Madrid el día 28 de marzo de 1939; la última capital de provincia tomada fue Alicante el día 31 del mismo mes, con lo cual se anunció el fin de la guerra el día 1 de abril de 1939; entonces, la II República, que había comenzado con unas elecciones municipales, terminó mediante una guerra civil de casi tres años de duración.
En septiembre de 1936, bajo el Gobierno de la II República, setecientas toneladas de oro fueron llevadas desde el Banco de España, de Madrid, a la base naval de Cartagena; desde allí, ese oro fue transportado en barco a Odessa, desde donde viajó en tren hasta Moscú.
Terminada la guerra, el general Franco continuó gobernando España hasta su muerte acaecida el 20 de noviembre de 1975 en Madrid. Una vez terminada la guerra civil, las instituciones de la II República (Presidencia y Gobierno) siguieron existiendo en el exilio hasta que se autodisolvieron el 21 de junio de 1977.
El día 17 de julio de 1936, Franco salió de Santa Cruz de Tenerife y llegó a las Palmas. El día 18, el ejército se sublevó contra el Gobierno de la República en varios puntos de la Península: el general Mola en Navarra, Queipo de Llano en Sevilla, Cabanellas en Zaragoza, etc. El general Franco salió en este día de Las Palmas en el Dragón Rapide e hizo escala en Casa Blanca; el día 19, continuó su vuelo hasta Tetuán, donde tomó el mando de las tropas de África (la Legión y los Regulares); en esta fecha, el general Goded, gobernador militar de Mallorca, llegó a Barcelona, para ponerse al frente del ejército sublevado en la Ciudad Condal; pero, por causa de llegar con retraso, fue detenido (después lo fusilaron el 12 de agosto de ese mismo año), con lo cual se frustró la sublevación en Barcelona; en este mismo día 19, salieron tropas sublevadas desde Pamplona para entrar en Madrid, lo cual no pudieron conseguir; por tanto, la sublevación fracasó en las dos ciudades más importantes: Madrid y Barcelona; pero, en este día, la guerra civil ya estaba entablada entre sublevados y republicanos.
El general Franco cruzó el Estrecho de Gibraltar con su ejército el 6 de agosto siguiente y controló la Baja Andalucía y enseguida también Badajoz; así que, en la primera quincena de agosto, quedó repartido el territorio español entre republicanos y sublevados, éstos controlaban las siguientes capitales de provincia: Cádiz, Huelva, Sevilla, Granada Córdoba, Badajoz, Cáceres, Avila, Salamanca, Zamora, Orense, Pontevedra, Lugo, La Coruña, León, Palencia, Valladolid, Segovia, Burgos, Vitoria, Pamplona, Logroño, Soria, Huesca, Zaragoza, Teruel, Palma de Mallorca, las islas Canarias y todos los territorios españoles en Africa; el resto territorio español quedó bajo el control del Gobierno de la República, que entregó armas a las organizaciones sindicales y a las masas populares; pero sólo le quedó un 20 % de los mandos militares (una parte de ellos se pasó a la zona de los sublevados).
El general Sanjurjo, jefe del ejército sublevado, murió en un accidente de aviación (algunos piensan que fue un atentado) en los mismos inicios de la contienda, el 20 de julio de 1936; por lo que los jefes del ejército sublevado, reunidos en Burgos, nombraron a Franco “Generalísimo y Jefe del Estado”, nombramiento publicado en el Boletín Oficial del Estado el 20 de septiembre de ese mismo año. Así asumió, el general Franco, la dirección de la guerra y del gobierno en la zona controlada por su ejército; ésta se fue ampliando hasta que controló todo el territorio de España.
Tomó la ciudad de Madrid el día 28 de marzo de 1939; la última capital de provincia tomada fue Alicante el día 31 del mismo mes, con lo cual se anunció el fin de la guerra el día 1 de abril de 1939; entonces, la II República, que había comenzado con unas elecciones municipales, terminó mediante una guerra civil de casi tres años de duración.
En septiembre de 1936, bajo el Gobierno de la II República, setecientas toneladas de oro fueron llevadas desde el Banco de España, de Madrid, a la base naval de Cartagena; desde allí, ese oro fue transportado en barco a Odessa, desde donde viajó en tren hasta Moscú.
Terminada la guerra, el general Franco continuó gobernando España hasta su muerte acaecida el 20 de noviembre de 1975 en Madrid. Una vez terminada la guerra civil, las instituciones de la II República (Presidencia y Gobierno) siguieron existiendo en el exilio hasta que se autodisolvieron el 21 de junio de 1977.
Durante el Gobierno del general Franco, España se declaró neutral al comenzar la II Guerra Mundial en 1939. En 1950, España ingresó en la FAO; en 1951 en la ONS; en 1952, en la UNESCO; en 1953, la firma de un acuerdo con Estados Unidos dio lugar al establecimiento de bases militares americanas en Rota, Torrejón y Zaragoza; en 1955, España ingresó en la ONU. El domingo 28 de octubre de 1956, empezó a funcionar la TVE en el paseo de la Habana (Madrid). En este mismo año, se reconoció la independencia de Marruecos, así como la de Guinea en 1968. El 2 de septiembre de 1963, se creó el Tribunal de Orden Público con sede en el Palacio de las Salesas, de Madrid. Este tribunal se ocupó de los delitos contra el jefe del Estado, contra el Gobierno, las Leyes Fundamentales y el terrorismo.
El 20 de noviembre de 1975 Franco fallecía a causa de graves problemas médicos que arrastró durante varios meses. Parkinson, varios infartos y otros problemas derivados, le llevaron a la muerte tras 40 años de dictadura y una guerra civil. Franco había designado en 1969 a Juan Carlos I como su sucesor, y así se hizo cuando falleció. La continuidad política no se produjo ya que Juan Carlos I promovió, sin salirse de la legalidad vigente, la transición hacia una democracia en forma de Monarquía Parlamentaria.
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