Rusia quiere desarrollar un gigantesco avión de transporte de última generación

El complejo militar-industrial ruso ha comenzado a trabajar en un nuevo concepto de avión de transporte pesado denominado PAK TA (Perspective Airbone Complex of Transport Aviation). Así lo ha confirmado el máximo responsable ejecutivo del fabricante Ilyushin Aviation, Viktor Livanov. Si el diseño que muestran las imágenes artísticas que acompañan la noticia impresiona por su novedosa configuración y su espectacularidad, no lo hacen menos las cifras que tiene por objetivo este avaparatoión: debería ser capaz de transportar 200 ton. de carga a una distancia de 4.350 millas y, además, hacerlo a velocidad supersónica. Para ello apuesta por una configuración más parecida a las de algunos vehículos aéreos no tripulados UAV, en el que los dos motores principales quedarían incluidos en el interior de las grandes alas y los estabilizadores verticales estarían inclinados.

Los motores estarían alimentados por la electricidad generada por una enorme turbina de gas alojada en la parte posterior del fuselaje, delante de los estabilizadores. Según Livanov, ya se trabaja en el túnel de viento en las primeras configuraciones de diseño. Aunque el Ministerio de Defensa ruso estaría entre los posibles clientes de este avión con una potencial compra de 80 aparatos en 2024, parece tratarse más bien de un ejercicio de diseño o de propaganda que acompaña los ambiciosos planes de modernización de la Fuerza Aérea de ese país, que recibirá en los próximos diez años nada menos que 130.000 millones de dólares.

El concepto parecería bastante irreal. Recordemos que Rusia disponía de un avión de configuración convencional fabricado por Antonov, denominado An-225 Mriya, que tiene una capacidad de carga de 250 ton. y que fue concebido para el transporte del transbordador espacial soviético “Buran” y otros componentes del programa espacial. Ahora presta servicios para la propia Antonov y ha podido ser visto en España en varias ocasiones, la más reciente a comienzos de marzo durante la operación de retorno del contingente del Ejército de Tierra español en la República Centroafricana, cuyo material blindado fue traído hasta la base aérea de Torrejón de Ardoz en Madrid (JNG).

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