Hace bien poco, en una de esas tardes de sosiego, navegaba por la Red y me encontraba con esta noticia: "Según el último barómetro del CIS de febrero de 2013, la profesión peor valorada en España es la de juez". Eso, queramos o no, nos hace reflexionar. ¿Cómo puede ser que los españoles valoren tan poco una profesión tan difícil de alcanzar? Y como digo, reflexionando, llego a la conclusión de que no es que los españoles infravaloren esa gran y meritoria capacidad de llegar a ser jueces, una tarea que como bien sabemos se antoja harto complicada, sino más bien la percepción de que a pesar de tener en sus manos el poder de impartir justicia, no lo hacen.
Hemos visto cómo han dejado en libertad a una banda de butroneros en joyerías que acumula más de 100 detenciones, o cómo en muchísimas ocasiones, un atentado a agente de la autoridad queda en una simple falta de lesiones que no supone más que una multa de 30€ al agresor. Estos son solo algunos ejemplos de pifias de la Justicia, gotas que van llenando el vaso hasta que colma.
Pero lo que más duele y más daño hace es esa no independencia que se le exige y presume al Poder Judicial. Esas sentencias influenciadas por el poder político de turno, como la legalización de los partidos proterroristas vascos; y eso, eso es lo que verdaderamente le da tan mala imagen a nuestra Justicia. Aunque los diferentes gobiernos insistan, el pueblo no es tonto y se da cuenta de lo que sucede.
Pero parece que se está viendo un poco de luz al final de túnel. Hoy, sobre las dos de la tarde, hemos recibido una buena noticia: la Infanta Cristina ha sido imputada en el caso Noós. Y no es que me alegre por ser anti-monárquico, que no lo soy, pero lo que verdaderamente me alegra es que la Diosa Temis vuelva a ponerse la venda en los ojos, que no distinga entre personas; es decir, a ser imparcial. Y es que todos, y cuando digo todos me refiero a todo ser humano, debe responder de sus actos, se llame como se llame o se apellide como se apellide.
Esta imputación me da esperanzas, así como la magnífica labor que está llevando la Magistrada del tema de los EREs, Mercedes Alaya.
Una de las vías más rápidas para destruir un país es la corrupción política, y en los últimos tiempos estamos asistiendo y siendo testigos de los mayores pufos de nuestra casta; acciones y omisiones que no hacen más que debilitarnos y desprestigiarnos en todo el mundo.
Esto es un llamamiento para la judicatura: señoras y señores jueces y magistrados, hagan gala del poder que les ha sido conferido e impartan Justicia. Sean fuertes, no se achanten ante las presiones políticas, no se dejen llevar por el poder, porque el verdadero poder sois vosotros. Impartiendo Justicia, el pueblo siempre estará de vuestro lado. Vosotros sois los garantes de nuestra libertad y nuestro bienestar. Investiguen, y no nos dejen desamparados ante los casos de corrupción; investiguen y verán como vuelven a la posición que les corresponde: en lo más alto del estatus social.
Por cierto, algo que debe quedar claro: imputar a una persona no quiere decir declararla culpable. Este es uno de los grandes fallos que tenemos como sociedad, y es que cuando leemos en prensa la imputación de alguien, ya le damos automáticamente el carácter de culpabilidad. A mí me ha alegrado la imputación de la hija del Rey no porque le tenga tirria a la Monarquía ni nada por el estilo, simplemente porque he visto un acto de fuerza, valor, y sobre todo de Justicia. Si es o no culpable, ya se verá, pero por valor que no quede.
FUENTE : http://somos-policias.blogspot.com/
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