Una señora de la limpieza un becario y dos empleados más fueron capaces de facturar casi un millón de euros “proveyendo de asesoramiento a empresas de la envergadura de BBVA, Repsol YPF, SGAE, Telefónica, Volkswagen, Abertis, ESADE (…), además de diseñar eventos de nueva planta y realizar presentaciones ante el Comité Olimpico Español o el Centro Superior de Deportes”. Es la incoherencia que la Agencia Tributaria presenta como uno de los indicios más claros de que Iñaki Urdangarín utilizó su apellido y su vinculación a la Casa Real para obtener ingresos de las grades empresas del país sin más mérito ni servicio que estar vinculado a la Corona.
El balance de todas las operaciones detectadas a Diego Torres y a Iñaki Urdangarín realizado por la Agencia Tributaria muestra cómo, sólo en el año 2006, ambos llegaron a facturar 870.800 euros con una empresa en la que empleaban a la mujer de la limpieza de Torres, un becario, un coordinador de publicaciones y un único trabajador de estudios de mercado. Ante lo escaso de la plantilla, declararon haber contratado también a una empleada que asegura no conocer la compañía y que afirma ante los inspectores de Hacienda que “nunca prestó servicio ninguno y ni siquiera percibió tampoco remuneración”.
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