Si antes de la crisis la venta diaria en nuestro país de este producto era de 10,5 millones envases al día (según estimaciones de Retorna con datos de Canadean), la situación actual supone un incremento masivo de botellas de plástico. Teniendo en cuenta que, según nuestras estimaciones, solo el 25,4% de los envases de plástico de recuperan, las consecuencias ambientales y económicas de este consumo desmedido podrían ser nefastas. Menos para quienes comercializan y distribuyen estas aguas, claro está.
Sin restar gravedad a la crisis sanitaria que estamos viviendo, y por la que tantas y tantas familias están sufriendo la pérdida o enfermedad de sus seres queridos, desde Greenpeace también nos vemos en la responsabilidad de decir que no es necesario consumir agua embotellada durante la crisis del COVID-19. El agua del grifo es segura respecto a la transmisión del virus. En España el 99,5 % del agua de abastecimiento urbana, la que sale de nuestros grifos, sigue unos estrictos controles sanitarios.
Sorprende negativamente que la administración no se haya manifestado claramente a favor de la seguridad del agua del grifo. Por ello, desde Greenpeace nos sumamos a la campaña “El agua de grifo es Sana y Segura” y exigimos al Ministerio de Sanidad que apoye el consumo y la seguridad del agua del grifo.
Recordemos que si no hubiera agua en nuestros grifos no podríamos frenar esta pandemia.

Entrada de blog por Julio Barea Luchena


fuente:  https://es.greenpeace.org/es/noticias/el-agua-de-grifo-es-segura-frente-al-covid-19/