SACADA DEL GUARAPO DE LA PALMERA.
Desde
tiempos remotos, el hombre a sabido aprovechar todo lo que la naturaleza le
ofrece. En ocasiones su afán por beneficiarse le ha llevado a destruir y matar
todo lo que le rodea.
De toda la
vida hemos visto en nuestros campos las filas de colmenas donde las abejas
depositan el mejor de los manjares que el hombre pueda degustar, la miel, sin
embargo de un tiempo a esta parte y, por mor de los insecticidas, estamos
viendo cómo las abejas van mermando en número y, por ende, el negocio de muchos
apicultores.
¿Quién no ha
comido las tortillas de carnaval bien rociada con miel? Es una de nuestras
mejores golosinas y nos gusta cuando se la ponemos a la tortilla y va cayendo,
como en cascada, que vamos rebañándola a lametazos.
También
podemos disfrutar de la miel de caña, que es más tostada e igual de buena
aunque con menos beneficios para el hombre.
Sin embargo,
no es de estas mieles de las que quiero hablarles, sino de otra no menos
deliciosa. Me refiero a la miel de palma o guarapo.
Nuestros aborígenes conocieron una especie de licor
que extraían del árbol del mocan al que llamaban “tazerguen”. A nuestros días
ha llegado como (guarapo) nombre heredado de los americanos, que corresponde al
jugo de la caña dulce y al de la palma.
Esta miel o licor es exclusivo de la isla de la
Palma, donde sus hombres trepan hasta la parte más alta de la palmera para
hacer unas incisiones en el cogollo de esta. Ahí dejan unos recipientes donde
se recoge la savia de la planta que después de un largo proceso pasa a
convertirse en la deliciosa miel.
El campesino, dedicado a este menester, debe subir
cada día al amanecer para recogerlo antes de que salga el sol y lo estropee. Se
puede tomar tal y como se recoge pero, convertirlo en miel requiere hervirlo
durante varias horas hasta que adquiere el resultado final que es la deliciosa
miel de palma.
Un delicioso manjar para acompañar a nuestra
tortillas de carnaval.
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