Mapy Rodríguez santana
Mi padre es gallego, y cuando yo era pequeña a mi padre no se le ocurrió otra cosa que meterme en el grupo de baile de la Casa de Galicia él decía que para aprender a bailar como los gallegos… Yo entré en la casa con poquitos años pero toda mi infancia y parte de mi adolescencia la pasé allí… y no saben ustedes lo que disfrutaba, en estas fechas, de pertenecer a esa casa…
Íbamos al asilo de ancianos y allí con el sonido de las gaitas y los bailes te acercabas a los “viejillos” que te abrazaban con verdadera alegría… pero lo que recuerdo con más cariño era la estancia en “la casa del niño” cuando entrabamos en el aparcamiento tocando el claxon de los coches todos a la vez, y cuando salían las monjitas con los niños a darnos la bienvenida… ¿Han sentido alguna vez lo que te inunda cuando le das un juguete a un niño, y el niño explota de emoción y se te tira a abrazarte como si le hubieras dado lo mejor del mundo?
Eso es lo que durante muchísimo tiempo ha hecho la Casa de Galicia por todos esos niños que no tienen tanto como otros. Eso es lo que lleva haciendo todos y cada uno de los años desde que se fundó…Llevar la emoción, la alegría a los que menos tienen… Y este año que la Casa por primera vez pide ayuda y anuncia que la Cabalgata está en peligro, no veo a las instituciones ofrecerse para echar una mano; no veo que la gente se vuelque con ayudar a los que menos tienen, a través de la Casa…Aunque no lo veamos, sé que todavía hay niños que sonríen el Día de Reyes, gracias a la labor que hace La Casa. Sé que hay padres que sonríen y se alegran de poder darle de comer algo a sus hijos…
¿De verdad vamos a mirar para otro lado? Ayudemos a quien durante tantos años, ha ayudado y llevado ilusión a muchísimas personas…
http://www.marisolayala.com/
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